Elio y Liz son unos críos a ojos de la tribu y el consejo decidió en el programa anterior que para convertirse en Tamberma, ambos deberían someterse a un rito de iniciación para madurar y convertirse en adultos.
El rito consistía en pasar solos y desnudos una noche entera en el bosque, símbolo por que todo joven Tamberma debe enfrentarse en su adolescencia. Una experiencia única, vivida de dos maneras diferentes.
Mientras que a Liz le valió la experiencia para confraternizar con las mujeres de la tribu, liberarse de sus pudores y aprender de la experiencia, Elio sintió todo lo contrario. Su experiencia fue dolorosa, en el sentido literal, pues para convertirse en Tamberma no le quedó otra que desprenderse de su mata de pelo. Le raparon el pelo a cuchilla y le dejaron desnudo en el bosque. La cabeza le ardía y el pobre solo sintió liberación cuando volvió a l poblado.
El ardor de la cabeza no fue nada en comparación del disgusto que se llevó cuando vio a Liz sin la parte de arriba. Su “Tápate o me cabreo y se acaba este programa”. Elio acusó a Liz de haber actuado para nada, tenía que haber dicho que no al rito: “Conmigo no contéis más, no me voy a tranquilizar, Liz. Eres gilipollas”.
Pero después de la tormenta siempre llega la calma, y tras perder los nervios, Elio reflexionó e hizo las paces con Liz: “No me gusta verte si lo pasas mal”. Elio explicó que su reacción se debía a que pensaba que Liz actuó bajo coacción, obligada a desnudarse, tal y como a él le obligaron a raparse, con todo su dolor incluido.
El consejo tribal no dudo en agradecer a los jóvenes su implicación en el rito, pero reprochó a Elio su actitud: “Nos sorprendiste cortándote el pelo, también tu reacción de después. Si quieres ser uno de los nuestros, debes respetar los rituales que haga tu mujer.”