El negocio del 11M: venden a 200 euros los ladrillos del monumento en memoria de las víctimas

Las páginas de compraventa se llenan de personas que venden los ladrillos del monumento para honrar a las víctimas del 11M, el mayor atentado de España que cumplió 20 años. En las imágenes que se publican en los anuncios, se pueden observar los restos de silicona, según informa Alejandro Oviedo. Son las consecuencias de la decisión del Ayuntamiento de Madrid: repartirlos sin control a cualquier ciudadano que quisiese conservar un pedazo de memoria de una masacre que cambió la historia.

El monumento para honrar a las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo se creó en 2007. Tras varios años de abandono después, el Consistorio madrileño dejó de pagar los gastos de mantenimiento en 2023. Esto provocó el desmantelamiento del monumento por las obras del metro. "Se dicen que se guardarán en un local de la Comunidad de Madrid hasta que le dieran una solución definitiva", explica Eulogio Paz, presidente de la Asociación 11M. Pero al final decidieron repartir 5.000 entre los ciudadanos que quisiesen un recuerdo. Ahora, los ladrillos se venden en Internet.

Los ladrillos del monumento del 11M se venden a 200 euros la pieza

El monumento a las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo se inauguró en 2007. Pero 16 años después, se desmanteló por el abandono del Ayuntamiento de Madrid. El Consistorio decidió que los cerca de 12.000 ladrillos de cristal que lo formaban, se almacenasen. Hasta el pasado 13 de abril, cuando se decidió repartir 5.000 entre la ciudadanía.

Cualquier persona que quisiese conservar estos ladrillos, que pesan ocho kilos, podía tenerlo como recuerdo. Y ya comienzan a verse las consecuencias. Tras ponernos en contacto con un vendedor, nos confirman que tiene los ladrillos que pertenecen al monumento y que se venden por 200 euros la pieza. Una situación que las víctimas ya advirtieron que podía pasar y que incluso propusieron soluciones para evitar la especulación. "Al final, ha habido gente que no ha ido por tener un recuerdo, sino con afán de comercialización", sostiene Eulogio Paz, presidente de la Asociación 11M. Al parecer, en la capital todo se compra y se vende, incluso la memoria.