Al Assad ha discutido los detalles de la próxima cita en la capital kazaja, que será entre el 30 y el 31 de octubre, con el equipo encabezado por Alexander Lavrentiev, emisario del presidente ruso, Vladimir Putin. Las partes en Astaná se centran ahora en crear cuatro zonas de seguridad que abarcan la mayoría del país.
Han analizado las victorias militares conjuntas, que "preparan el terreno para que haya una mayor acción política, particularmente para que el Gobierno continúe con cualquier iniciativa que permita frenar el derramamiento de sangre y restaurar la seguridad para que la unidad y soberanía de Siria queden garantizadas", ha dicho Al Assad, según SANA.
Al Assad ha sostenido que "está decidido a seguir la guerra contra el terror, por un lado, y a seguir con el camino político, por otro, para acelerar la vía de la reconciliación nacional y del diálogo" con el fin de reformar la Constitución y celebrar nuevas elecciones parlamentarias.
Los representantes rusos, por su parte, han ratificado el apoyo de Moscú a Damasco en su guerra contra el terrorismo y ha indicado que "al mismo tiempo respalda plenamente la vía política como solución que preserve la integridad territorial y restaure la seguridad y estabilidad de Siria".
Rusia es uno de los principales aliados de Al Assad. Su intervención en la guerra siria en 2015 decantó la balanza a favor de las tropas de Damasco y es uno de los promotores, junto a Irán y Turquía, del proceso de Astaná. Además, ha vetado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas las resoluciones contra el Gobierno sirio.