Las actas del BCE muestran que sus consejeros estuvieron de acuerdo en extender el QE, pero no en hasta cuándo

EUROPA PRESS 23/11/2017 14:50

Los responsables de la política monetaria del BCE decidieron reducir la compra de activos a la mitad a partir de enero de 2018, desde los 60.000 millones de euros actuales hasta 30.000 millones de euros y lo prolongarán hasta septiembre del año que viene, o más si hiciera falta, a pesar de que el programa concluía el próximo mes de diciembre.

De esta forma, el BCE decidió conciliar el rápido crecimiento económico junto con la débil inflación con la reducción del programa, con la previsión de que unos estímulos más débiles pero más prolongados mantengan el impulso lo suficientemente fuerte como para generar inflación. Los mercados interpretaron esta postura con un tono 'dovish' más que como si se tratara de un ajuste de su política.

En este sentido, las actas del banco central reflejan que los consejeros debatieron una serie de alternativas y no llegaron a acuerdos comunes en lo que respecta a mantener el esquema de compras abierto. "Se consideró que una fecha de finalización estaba justificada sobre la base de un anticipo de un mayor progreso económico y un impulso de los precios, unos riesgos decrecientes y unas condiciones favorables de financiamiento", señala el documento.

"También expresaron su preocupación en torno a que se (...) podrían generar expectativas de nuevas extensiones a medida que se acerque la fecha prevista de finalización del programa", sostienen las actas. No obstante, apuntan que el consenso más amplio consideró que lo más prudente era "mantener la flexibilidad para ampliar el programa si fuera necesario" y repitieron la usual oratoria de que se debe ser "pacientes" y "persistentes".

"El anuncio de un fin podría inducir a los participantes en el mercado a anticipar posibles ajustes de precios, lo que provocaría un ajuste excesivo en las condiciones financieras (...). Mantenerlo abierto subraya el firme compromiso del BCE de mantener el estímulo monetario para que la inflación vuelva a la meta del BCE", subraya el documento.

La economía de la zona euro acumula 18 trimestres consecutivos de crecimiento, su mejor desempeño en una década, mientras que la inflación se mantiene por debajo del objetivo de ligeramente inferior al 2% durante cinco años. Asimismo, aunque el desempleo disminuye lentamente, los salarios no aumentan, lo que pone en duda la relación entre ambos indicadores.

De igual forma, del documento se desprende que las compras de bonos corporativos se reducirán más lentamente que la deuda gubernamental, que conforma la mayor parte del programa de compra de deuda. Las compras del BCE en el sector privado han provocado una reducción de las rentabilidades de los bonos en los mercados de renta variable europea, lo que ha forzado a que muchos inversores se lancen a invertir en deuda con un mayor riesgo en la búsqueda de incrementar las ganancias.