Rajoy no visita la valla fronteriza para no crear más polémica

Cuatro/CNN+ 16/09/2010 11:30

Con media hora de retraso sobre lo previsto, pasadas las 12,30 horas, el dirigente 'popular' ha bajado de un coche acompañado por el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y ha recibido los aplausos de varias decenas de personas congregadas en la calle.

A continuación, ambos han entrado en una cafetería junto al vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, y el diputado Tomás Burgos, así como con varios miembros del Gobierno de la ciudad autónoma y parlamentarios melillenses.

El grupo ha iniciado luego un paseo por la Avenida Juan Carlos I hacia la Asamblea y a lo largo del recorrido han ido saludando a gente y charlando con los comerciantes. Una vez en la sede del gobierno autónomo, Mariano Rajoy se ha reunido durante casi una hora con el Ejecutivo melillense, que le ha entregado un plan de actuaciones para el futuro de la ciudad.

Protestas de activistas marroquíes

A las 13,00 horas un grupo de activistas ha protestado frente a la valla de la frontera de MelillA con Marruecos para rechazar la visita que en esos precisos instantes estaba realizando a la ciudad autónoma el presidente del PP.

Han repartido pasquines en la frontera, en el lado marroquí, en el que animaban a todos los ciudadanos que en esos momentos pasaban a la localidad española del norte de África a participar en la concentración de rechazo a Rajoy por considerar que se trata "de una visita provocativa".

Según el panfleto repartido en la frontera, se subraya que "una vez más el Partido Popular derechista y extremista revela su política provocativa ante el pueblo marroquí y su integridad territorial, como procurar echar leña a la situación entre dos países vecinos como España y Marruecos".

En opinión de los activistas, "Mariano Rajoy insiste en realizar este jueves una visita a la ciudad ocupada de Melilla para coparticipar en los festejos coloniales por la ocupación de la ciudad marroquí de Melilla, lo que constituye una provocación a la sensibilidad de los marroquíes, y por ende, el tejido político, sindical y asociativo".