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En Burgos capital es imprescindible visitar la Catedral gótica, que cumple 800 años. La belleza del interior, con su cimborrio, el papamoscas, la escalera de mármol, hace justicia a la del exterior. Allí reposan los restos del Cid Campeador y su esposa, Jimena. En la provincia, no olvidar visitar Covarrubias, Frías, Puentedey o Lerma, pueblos que están incluidos en la lista de los más bonitos de España. Se puede disfrutar del canto gregoriano de los monjes del monasterio de Silos, seguir las huellas del Cid o visitar las bodegas de Aranda de Duero. Descubrir la extensa comarca de Las Merindades o contemplar lo que el Ebro ha esculpido entre cañones y montañas. Y por supuesto visitar los yacimientos de Atapuerca.
Al tratarse de una de las provincias más extensas de España, lo recomendable es alquilar un coche. En Burgos capital y los principales pueblos, sin embargo, lo mejor es olvidarse del automóvil y perderse por sus calles.
No se puede visitar Burgos sin degustar su famosa morcilla de arroz. Los bares de tapeo del centro de la capital te ofrecen su famoso embutido en todas sus variantes. Además, es típico el lechazo de Aranda de Duero, la olla ‘podrida’ de Covarrubias y el queso fresco. Regados con vino de la tierra, un buen Ribera del Duero. Una apuesta por la alta cocina es el menú de evolución del primer chef que consiguió una estrella Michelin para Burgos, Miguel Cobo.
Los hoteles se concentran en el centro de la ciudad, para poder visitarla a pie. En las comarcas más alejadas, la apuesta es clara: alojamientos rurales y con encanto. En Lerma, en su famoso parador, uno se puede sentir como un auténtico miembro de la corte, ya que fue palacio ducal.