Los 20 titulares más alarmantes del informe de Cáritas sobre la realidad de la sociedad española
El código postal y la mochila familiar pesan más que la capacidad y el esfuerzo, según el informe de Cáritas.
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Cáritas ha evidenciado en cifras una realidad cada día más evidente: las generaciones jóvenes viven y vivirán peor que sus padres. Los datos demuestran que cada vez hay menos clase media y más familias que pasan a ser clase baja. Actualmente, 4,3 millones de españoles están en exclusión severa, y uno de cada tres de ellos son niños.
La vivienda y el empleo son las principales causas y se han convertido en una losa para la emancipación de los jóvenes y su desarrollo vital. La vivienda inaccesible y el trabajo precario marcan la vida de millones de personas y más aún de los jóvenes. El 45% de quienes viven de alquiler están en riesgo de pobreza y más de 11 millones de trabajadores, casi la mitad, tienen un empleo inestable o precario. Es decir, en España se es pobre teniendo un empleo.
El informe FOESSA 2025, elaborado por Cáritas, muestra una España que se aleja del ideal de cohesión y bienestar social. La exclusión se extiende, la movilidad social se frena y la desigualdad se convierte en herencia.
El código postal y la mochila familiar pesan más que la capacidad y el esfuerzo
El informe FOESSA 2025 revela que 9,4 millones de personas, aproximadamente el 17‑18% de la población española, se encuentran en situación de exclusión social, una cifra que ha ido en aumento desde 2007. La investigación analiza la exclusión a través de 35 indicadores que incluyen empleo, ingresos, vivienda, salud, educación, participación social, lazos comunitarios y conflictos. Cada vez más, la edad de inicio en la exclusión o el riesgo de caer en ella está determinado por el origen familiar y el territorio, de manera que “el código postal y la mochila familiar pesan más que la capacidad y el esfuerzo”.
En el ámbito de la vivienda, el estudio señala que una de cada cuatro familias en Barcelona vive en espacios inadecuados, con problemas de insalubridad, hacinamiento y falta de luz o agua. Además, el 41% de las familias con hijos enfrenta dificultades para acceder y mantener un hogar digno. Por otro lado, el informe subraya que tener empleo ya no garantiza salir de la pobreza, destacando el fenómeno de la “pobreza trabajadora”, en el que personas con trabajo estable siguen en riesgo de exclusión.
Los 20 titulares más pavorosos del informe
- Las generaciones jóvenes vivirán peor que sus padres.
- La clase media se reduce mientras crece la pobreza estructural.
- Cuatro de cada diez jóvenes no pueden emanciparse por los altos costes de vivienda.
- El 45% de los inquilinos está en riesgo de pobreza.
- Más de 11 millones de trabajadores tienen empleos precarios.
- Uno de cada tres menores vive en hogares en exclusión.
- España es uno de los países más desiguales de la UE.
- La vivienda se convierte en el epicentro de la exclusión social.
- El empleo ya no garantiza salir de la pobreza.
- El 30% de los hogares monoparentales están en exclusión severa, afectando mayoritariamente a mujeres.
- La brecha digital aumenta la desigualdad.
- La exclusión se feminiza, las mujeres son el sector de la población con mayores tasas de pobreza energética y residencial.
- La pobreza energética vuelve a crecer: más de un millón de hogares no pueden mantener su vivienda a temperatura adecuada.
- El sistema de protección social no llega a todos los ciudadanos.
- El sur y las zonas rurales concentran la exclusión, especialmente Andalucía, Extremadura y Canarias.
- La movilidad social está estancada.
- Uno de cada cuatro jóvenes desconfía del sistema.
- El costo de la vida aprieta a las familias trabajadoras: inflación, vivienda y servicios básicos disparan los gastos fijos.
- La desigualdad se hereda: los hijos de familias pobres tienen tres veces más probabilidades de permanecer en exclusión que los nacidos en hogares acomodados.
- La cohesión social se debilita, generando una posible fractura estructural.
El informe concluye que España se enfrenta a un momento decisivo: o refuerza su modelo social y garantiza vivienda digna, empleo estable y protección efectiva, o asumirá una fractura generacional y territorial difícil de revertir. Detrás de cada cifra hay personas que no piden caridad, sino oportunidades reales. Cáritas lo resume así: “Sin un proyecto común de bienestar, la exclusión dejará de ser una excepción para convertirse en norma”.
