Durante todo este año les hemos contado realidades muy duras, de sufrimiento, de superación, de rabia, de pérdida, algún milagro también.
Las secuelas de la DANA en los niños: "Antes saltaba charcos, le encantaba la bañera, ahora si llueve no sale"
229 vidas, 141.000 coches y 2.147 viviendas inhabitables destrozó la DANA. 1,8 millones de personas residen en zonas afectadas. 50.000 viviendas afectadas, 380 puentes y 800 km de carreteras dañados. Son solo datos, pero tras ellos hay historias humanas que Noticias Cuatro no ha querido olvidar de la mano de Manu Reyes.
Durante todo este año les hemos contado realidades muy duras, de sufrimiento, de superación, de rabia, de pérdida, algún milagro también. Muchas historias de la DANA y, en vísperas del primer aniversario, hemos querido volver a escuchar alguno de estos testimonios.
Supervivientes y vidas rotas
Recordamos la historia de un superviviente. Vichus Arroyo, que aún recuerda por las noches el sonido del agua, subiendo, las voces de "súbete al capó, escúchame al capó". "Aquí fuera en la calle habían 2,70 metros de agua. Yo estaba subido a un poyete y agarrado a la manecilla de la persiana. Pensaba que me iba a morir ahogado, otro hombre el vecino del segundo buscando a su hija de 11 años que murió.
En Picanya el agua llevaba una fuerza d e 55 piscinas olímpicas por segundo y arrasó 50.000 viviendas. Paula Laguarda, familiar de una víctima de la Dana, vivió cómo su padre les enviaba un vídeo despidiéndose de ellos. Estaba dentro del coche y vio la muerte de cerca. "Os quiero portaros bien y hasta aquí he llegado". En ese momento le llegó el mensaje de que no saliera de casa. "No le tocaba". Al final logró salvarse, pero el tío de Paula no, murió en su casa. 103 personas fueron halladas en plantas bajas de viviendas.
Hay familias como la de Paula que tuvieron el milagro de que su padre se salvase y el dolor de perder a su tío, Dolores lo perdió todo. Sentarse a hablar con ella es ver cómo se rompe de dolor. Sus hijos murieron al intentar ayudarse y su marido tampoco pudo aguantar y acabó arrastrado por la riada. Sus fotos están por todas partes, incluida la mesa. "Aquello fue un infierno, agarrada en la ventana, prometí a mis hijos y mi marido que lucharía por ellos".


