Pictolín, el perro que acompaña en el duelo a quienes pierden a un ser querido: "Sin querer, te hace sonreír"
Pictolín está entrenado para apoyar emocionalmente a la personas en duelo durante el velatorio
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Los animales domésticos, concretamente las mascotas, hacen compañía a sus dueños durante toda la vida. Pictolín, en cambio, solo sirve de apoyo en un momento concreto, pero lo hace a muchas personas y su labor es fundamental. Este perro de asistencia trata de suavizar las emociones de aquellos que están en duelo por la pérdida de un ser querido.
Junto con Ana y Pilar, las trabajadoras de apoyo del proyecto 'Perruneando', el pequeño Pictolín visita a quienes están velando la muerte de algún familiar o amigo. Quienes han participado del proyecto, insisten en que "su sola presencia" es capaz de animarles.
Viene a iluminar uno de los momentos más oscuros
"Hola, te presentamos a Pictolín. Este proyecto es un intento de acompañamiento emocional". Así comienzan Ana y Pilar sus sesiones terapéuticas junto con perros como él. El pequeño viene a iluminar uno de los momentos más oscuros: esté entrenado para apoyar emocionalmente a la personas en duelo durante el velatorio.
Lo primero que destaca cualquier paciente sobre Pictolín es lo cariñoso que es, describe Ana. Rompe los momentos de densidad emocional de la pérdida solo con su presencia. "Inevitablemente le miras, te agachas, le sonríes", afirma, y recuerda que una vez "había una señora que decía que no le gustaban los perros". "Mientras lo decía, su mano ya se había puesto a acariciarle" de forma involuntaria, señala.
El trabajo casi imposible de arrancar sonrisas de donde solo existe dolor
"La presencia del perro, de pronto, hace que nos relajemos y que confíes un poco más", asegura Ana. En las sesiones pasean con los familiares que, por un momento, se olvidan incluso de dónde están. "En esos paseos lo que surge mucho es la historia de cada uno, sobre todo las historias personales de perros y gatos que te acompañan". Las opiniones se desviven en halagos: "Me recuerdas mucho al mío", afirma una familiar de un fallecido, que rememora cómo hay intimidades que solo podría contarle a su propio perro.
Miguel Ángel trabaja en la empresa funeraria que ofrece estos servicios desde hace dos meses. Curiosamente, semanas antes perdió a un familiar y ese día conoció a Pictolín. "Fueron de mucha ayuda", señala, "un paréntesis dentro del dolor de cada día".
Y es que él es muy buen psicólogo porque también su historia tiene una parte de duelo: "Sabe lo que es ser abandonado, sabe lo que es el sufrimiento y el dolor de la pérdida". Ahora, ayuda a los que sufren la pérdida y hace ese trabajo casi imposible de arrancar sonrisas donde solo existe el dolor.
