Nutrición

Brote de salmonelosis en un festival de Galicia: cómo conservar los alimentos para prevenir las intoxicaciones

La clave es la ubicación dentro de la nevera. IMAGEN: Alejandro Brenes
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A CoruñaYa son 162 los afectados por un brote de salmonelosis detectado en el festival de música Trasan Fest, en el Ayuntamiento gallego de Oza-Cesuras. La Consellería de Sanidad sigue investigando las causas del brote, pero centran el foco en las tortillas de patata servidas en los puestos de comida del evento, según informa en el vídeo Laura Queijeiro.

El festival se celebró durante el fin de semana, en plena ola de calor, y las altas temperaturas alcanzadas pueden haber sido el caldo de cultivo perfecto para una intoxicación alimentaria. En verano es importante tener especial cuidado en la conservación de los alimentos e intentar no romper la cadena de frío. No solo en época de calor, durante todo el año la proliferación de microorganismos y hongos en la comida es posible, incluso en aquella refrigerada, pero existen trucos y soluciones.

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Consejos para refrigerar los alimentos frescos

Pablo Caridad es profesor en la Escuela de Hostelería Álvaro Cunqueiro, en A Coruña. Nos explica cómo todas las fases cuentan, desde mantener en buen estado el primer envase hasta llevárnoslo al plato. "Para conservarlos bien, lo primero es meterlos en el frío", explica. "Pero antes vamos a cambiar los envases. Por lo que veo tenemos frescos por un lado y preparados por el otro", apunta, y es que se deben seguir procedimientos diferentes.

Debemos higienizar nuestros tápers de comida ya preparada y asegurarnos de que van bien cerrados. Luego, "automáticamente para la nevera", dice, para no romper la cadena de frío. En cuanto a los frescos, un tratamiento de salmuera es una opción excelente para conservarlos. En un recipiente pondremos agua con sal en una proporción de 20 gramos de sal por litro. "Con esto conseguimos mayor durabilidad", asegura, "porque un pescadito o un pollo que nos iba a durar solo dos días, vamos a hacer que nos lleguen hasta cuatro o cinco, y que aún encima se conserven mejor". Los alimentos, además, quedan separados para evitar la contaminación cruzada.

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La importancia de la cadena de frío

A la hora de almacenarlos, la temperatura de la nevera debería estar regulada a 2,5ºC. Pero debemos saber que, aunque el termostato marque un número, el termómetro en el frigorífico varía de arriba a abajo. "Cuando nosotros estamos con la puerta abierta está entrando más calor", señala Pablo. "El calor tiende a ascender y en la zona de arriba tendríamos mayor temperatura".

Los preparados se conservan bien a entre 3ºC y 5ºC, por eso encajan mejor arriba. Los frescos, en cambio, deberán ir abajo, en la parte más fría, a entre 0ºC y 2ºC. Pero, ¿y si nos los queremos llevar a la playa? Es fundamental no romper la cadena de frío. Hay que ser especialmente precavidos con dos tipos concretos de producto, dice Pablo, aquellos con base huevo, como mayonesa, tortilla o cremas, y aquellos que se consumen crudos, como carpachos, marinados, escabechados o ensaladas.

"Es por algo que, desgraciadamente, nos suena a todos en estas fechas, la salmonelosis", apunta Pablo, "por lo que es importante cuidar la cadena de frío para que no se produzca desarrollo microbacteriano". En resumen, frío adecuado para cada realidad de producto y no dejar de refrigerarlos en ningún momento.