¿Por qué algunas personas no sufren resaca? Un estudio desvela las razones

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La mayoría de personas sufren resacas después de beber alcohol.Pixabay
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MadridAl día siguiente de haber salido de fiesta, o sencillamente, haber tomado un par de copas hay algo que le pasa a gran parte de la población: la temida resaca. Es algo bastante común y que, según se van teniendo más años, se acentúa más. Sin embargo, hay una parte afortunada de la población que parece ser inmune a este mal, librándose del dolor de cabeza y las náuseas provocadas por la ingesta de alcohol del día anterior.

Aunque somos conscientes que existen una gran cantidad de remedios caseros más o menos fiables, lo que pasa con estas personas es que cuentan con un metabolismo que permite soportar las sustancias del alcohol de una forma distinta según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Missouri.

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Qué es la resaca exactamente

La resaca desde un punto de vista médico es el conjunto de síntomas que se presentan cuando los niveles de alcohol en sangre descienden hasta cero o cerca de este punto tras un consumo elevado. Los síntomas más comunes que presenta la mayoría de la población al día siguiente son: dolor de cabeza, náuseas y vómitos, cansancio, sensibilidad a la luz y al sonido, mareos, sed intensa, dificultad para concentrarse e incluso, ansiedad o irritabilidad.

Estos efectos están provocados por diferentes mecanismos como la deshidratación, la inflamación sistémica, la irritación gástrica, la alteración del sueño y la toxicidad del acetaldehído, el metabolito tóxico que el cuerpo produce para poder descomponer el etanol presente en las bebidas alcohólicas.

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El papel del metabolismo para eliminar el alcohol

Según la ciencia, uno de los principales culpables de la resaca es el acetaldehído. Cuando se bebe alcohol, el organismo lo metaboliza primero en acetaldehído mediante la acción de la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH). Después, ese acetaldehído es transformado en acetato por otra enzima llamada aldehído deshidrogenasa 2 (ALDH2), el cual resulta menos tóxico y más sencillo de eliminar para el cuerpo.

Precisamente, esta es una de las claves que explican por qué algunas personas no sufren esta temida resaca. Resulta que su organismo tiene una mayor eficiencia convirtiendo el acetaldehído en acetato. Las personas que tienen una mayor actividad de ALDH2 son capaces de eliminar con más rapidez las toxinas que derivan del alcohol, esto hace que los síntomas típicos de la resaca se reduzcan significativamente.

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Un estudio publicado en 2023 señala que ciertas variantes genéticas de esta enzima podrían incluso proteger de manera parcial contra los efectos adversos del alcohol. Estas variantes son más comunes en poblaciones asiáticas, aunque también están presentes en menor medida en algunas personas europeas, incluidas algunas de España.

Por tanto, la genética juega un papel esencial en sufrir o no resaca. La Universidad de Exeter realizó en 2023 una investigación bastante amplia sobre la relación existente entre genética y tolerancia al alcohol. Los investigadores se dieron cuenta de que había personas con ciertas variantes del gen ADH1B que podían metabolizar el alcohol más rápidamente, algo que limitaba la acumulación de acetaldehído, el causante de las resacas.

Sin embargo, no todo se puede explicar por la genética. Los hábitos alimentarios, el ritmo de consumo de alcohol y la cantidad de agua que se bebe durante la ingesta de alcohol también son relevantes en cómo se experimenta la resaca. Incluso, factores como el estrés o el cansancio acumulado pueden ser significativos.

De todos modos, Damaris J. Rohsenow, de la Universidad de Brown señala que no tener resaca no quiere decir que el alcohol no dañe el organismo. Por ello alertan que algunos consumidores, si no experimentan los efectos de las resacas como los molestos dolores de cabeza o náuseas y vómitos, podrían aumentar su consumo hasta niveles muy peligrosos para su salud.

Cómo se pueden amortiguar los daños de la resaca

La genética y la metabolización rápida del alcohol no son las únicas formas de evitar padecer resaca, existen otras variables que pueden ayudar a que algunas personas no sufran resaca o sus síntomas sean más leves. Por ejemplo, estar bien hidratado es fundamental, ya que puede ayudar a diluir el alcohol en sangre. También ayuda tener el estómago lleno antes o durante el consumo del alcohol debido a que ralentiza la absorción del etanol en el estómago.

La manera de beber también influye en cómo nos podemos sentir al día siguiente. Beber despacio hace que el organismo pueda metabolizar el alcohol de una manera mucho más eficiente. Además, la calidad del alcohol que se ingiere también tiene mucho que ver en la resaca posterior. Las bebidas alcohólicas con mayor cantidad de congéneres, unas sustancias que se producen durante la fermentación, suelen provocar resacas mucho más fuertes que otras bebidas más claras. Un ejemplo de este tipo de bebidas serían los licores oscuros como el whisky y el brandy que contienen más congéneres que el vodka o el vino blanco.