A las puertas del Jueves Santo y la salida de la mayoría de las hermandades, las previsiones meteorológicas apuntan a una Semana Santa pasada por agua. Con la borrasca Olivier todavía sobre nosotros y un panorama invernal en pleno abril, el buen tiempo se sigue haciendo de rogar. Según informa Rosemary Alker, la llegada de un nuevo frente nos dará un respiro de únicamente 24 horas esta Semana Santa. 

Los cofrades se encuentran mirando al cielo a pocas horas de comenzar el Jueves Santo. Las predicciones apuntan a este día como el único en el que tendemos un panorama estable en esta Semana Santa. Los cielos despejados predominarán en la península y los valores, tanto mínimos, como máximos, ascenderán notablemente llegando a sobrepasar los 25º en algunos puntos del litoral Mediterráneo. 

La lluvia no dará tregua. Entrada la noche llegarán las precipitaciones de nuevo a Galicia, Extremadura y algunos puntos del oeste de Andalucía. Además se esperan fuertes rachas de viento en el Ampurdán y el bajo Ebro. 

El viernes nos despedimos de nuevo del sol y tal y como nos tiene acostumbrados el tiempo desde marzo, volveremos a sacar el paraguas. Una borrasca atlántica provocará el paso de dos frentes fríos que entrarán por el noroeste, trayendo consigo lluvias persistentes. 

Se prevé que el Viernes Santo se presente como un día bastante desapacible con la presencia de chubascos intensos en el noroeste. De cara a la tarde, las precipitaciones también llegarán al centro peninsular. El litoral mediterráneo se librará ese día de las lluvias, que tampoco alcanzarán al archipiélago balear. 

En el fin de semana seguirá reinando la inestabilidad en la península. Los meteorólogos advierten que todavía que seguir mirando al cielo para pronosticar el tiempo con exactitud, pero las primeras previsiones apuntan a un fin de Semana Santa de lluvias persistentes.  

Se esperan chubascos generalizados en la península y localmente fuertes en el noroeste, donde podrán ir acompañados de tormenta. Con la penetración de una nueva masa de frío, volveremos a ver nieve por encima de los 900 metros en áreas montañosas. Como consecuencia del frente, las temperaturas descenderán notablemente, salvo a orillas del Mediterráneo. 

El Domingo de Resurrección seguirá siendo igual de inestable. Predominarán los chubascos y las tormentas, sobre todo en el Cantábrico. Aun así, los expertos advierten que todo puede cambiar y que, aunque sea improbable, las procesiones quizás tengan suerte si el frente se desvía.  

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