Cuál es la cantidad recomendada de agua diaria según la estación del año

El consumo de agua requerido por cada persona puede variar dependiendo del ejercicio físico que haga, la época del año y los alimentos consumidos
Tanto en verano como en invierno se recomienda aumentar la ingesta de líquidos, ya sea bebiendo agua, tés, infusiones o con frutas ricas en agua
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Para que el organismo pueda funcionar correctamente, mantenerse hidratado es algo esencial. El agua desempeña un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de toxinas y el transporte de nutrientes.
Una duda que suele tener mucha gente es cuál es la cantidad de agua adecuada para cada persona. Hay que tener en cuenta que las necesidades de hidratación pueden variar en función de varios factores como pueden ser la actividad física, la dieta y, sobre todo, la temperatura ambiental. Es por esto que, la cantidad de agua recomendada suele variar dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos.
¿Cuáles son las recomendaciones generales de consumo de agua?
Generalmente se suele recomendar una ingesta diaria de alrededor de 2 litros para mujeres y 2,5 litros para hombres. Hay que tener en cuenta que estas cantidades no siempre se aplican de forma universal. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) establece que la cantidad adecuada varía según la edad, género y algunas condiciones específicas como pueden ser embarazo o lactancia.
De esta manera, las recomendaciones generales serían para niños de 1 a 1,5 litros diarios, para adolescentes 1,5 a 2 litros diarios aproximadamente, y en el caso de los adultos, como hemos mencionado antes hasta 2,5 litros dependiendo del peso corporal y el nivel de actividad física.
Hidratación en verano
Durante el verano, las temperaturas son bastante elevadas por lo que se aumenta la pérdida de agua a través del sudor. Esto hace que sea necesario incrementar la ingesta para prevenir la deshidratación. De hecho, los expertos recomiendan que en verano se consuma de 2,5 a 3 litros de agua diarios para poder compensar estas pérdidas.
Pero, no solo se puede beber agua para mantenerse hidratado, también se pueden incorporar frutas ricas en agua como la sandía, el melón o el pepino que también contribuyen a la hidratación.
Hay que mantener especial atención cuando surgen ciertas señales como pueden ser una sed demasiado intensa, se orina de color oscuro o se pueden sufrir de mareos o fatiga. Estas son señales claras de deshidratación, por lo que habría que prevenirlas bebiendo el suficiente agua.
Hidratación en invierno
En invierno, es cierto que la sensación de sed disminuye, pero hay que tener en cuenta que el cuerpo sigue necesitando líquidos para mantener sus funciones vitales. Elementos externos como puede ser la calefacción o la menor humedad ambiental pueden contribuir a la deshidratación, aunque estos lo hacen de una manera menos perceptible que en verano.
La cantidad de agua recomendada durante los meses invernales es similar a la de otras épocas del año, aunque, siempre se puede incluir líquidos calientes como tés o infusiones para aumentar esa ingesta.
Además, también se puede aprovechar que las temperaturas bajan para mantenerse hidratado con sopas o caldos, que además de aportar agua también tienen nutrientes muy beneficiosos para nuestro organismo.
Por otro lado, hay que recordar que aunque no se tenga sed se debe beber agua, ya que la sed es un indicador tardío de deshidratación, por lo que se recomienda beber sin tener sed. Hay muchas aplicaciones del móvil que ayudan con esta tarea poniendo alarmas para beber un vaso de agua a cada cierto tiempo.
Además, aunque exista el mito de que beber café o té puede ser contraproducente, aunque tienen un efecto diurético, sí que son una buena opción para mantenerse hidratado.
Hidratación en primavera y otoño
Durante estas estaciones intermedias, las necesidades de agua suelen ser más moderadas, pero al tener unas temperaturas más agradables se suele hacer más actividad física al aire libre, además, estos cambios de temperatura también pueden aumentar la pérdida de líquidos por lo que es esencial consumir alrededor de 2 litros diarios, esta cantidad es suficiente para la mayoría de personas.
Siempre hay que tener en cuenta que esta cantidad de agua va a cambiar dependiendo de varios factores:
- El ejercicio físico: siempre hay que saber que cuanto mayor sea el esfuerzo, también va a ser mayor la necesidad de reponer esos líquidos perdidos a través del sudor. Durante entrenamientos intensos, es recomendable añadir bebidas isotónicas para poder reponer electrolitos.
- Embarazo y lactancia: Las mujeres que están embarazadas necesitan beber al día al menos 2,3 litros diarios. Cuando llega la etapa de la lactancia, esta necesidad de beber agua aumenta, la cantidad recomendada es de 3 litros diarios.
- Dieta: cuando se ingieren alimentos que son salados o que tienen muchas proteínas, éstos hacen que la necesidad de agua para metabolizar estos nutrientes también aumente.
Mantener una hidratación adecuada es esencial para el bienestar durante todo el año, pero sí que hay considerar aumentar el consumo de líquidos en aquellas épocas que lo requieran. De esta manera, se ayuda a mantener el equilibrio corporal y prevenir problemas de salud que estén relacionados con la deshidratación.