Todo preparado para el cónclave más incierto: las medidas que toma el Vaticano para garantizar la confidencialidad

Todo preparado para el cónclave más incierto
Todo listo para la celebración del cónclave del que saldrá elegido el nuevo papa
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El Vaticano se blinda para elegir al nuevo papa. Quedan horas para que los cardenales se encierren bajo llave en la Capilla Sixtina y sin ningún tipo de comunicación. Este martes se ha celebrado la última congregación, más hermética aún que las anteriores. Según informan Marina García y Cristina Herráez en el vídeo, todo está controlado al milímetro, también las últimas declaraciones de los cardenales.

Para asegurar el secretismo que rodea al cónclave, el personal que formará parte de este proceso en el Vaticano los próximos días ya han jurado confidencialidad. Además, antes de entrar en la reunión se requisarán los 133 teléfonos móviles de los cardenales electores y el Vaticano apagará la red móvil de su pequeño estado para que no haya cobertura.

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En la Capilla Sixtina se han cuidado también todos los detalles, se han apagado las cámaras y sensores que normalmente están activos. Allí, en el escenario principal, justo antes de comenzar el cónclave se cumplirá la fase que garantiza la total privacidad. En cuanto entren los cardenales, a las 16:30 horas, se declarará el ‘extra omnes’, hombres fuera, dentro se quedarán solos los purpurados que elegirán al próximo Pontífice.

Este martes ha sido el último día que se ha podido ver y preguntar a los cardenales antes de que arranque el cónclave para elegir al nuevo papa. Este miércoles se recluirán en la residencia de Santa Marta y en la Capilla Sixtina y no saldrán de allí hasta que elijan al nuevo pontífice, en unas deliberaciones y votaciones de alto secreto. De hecho, el personal Vaticano ya ha hecho el juramento para guardar silencio y no revelar nada de lo que suceda en el cónclave si no quiere recibir la excomunión automática.

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En las casas de apuestas sigue como favorito el cardenal Pietro Parolin, la mano derecha del papa Francisco. Aunque en las quinielas vaticanas suenan también los nombres de otros aperturistas como Luis Antonio Tagle, el llamado Francisco asiático; Mateo Zuppi, el Francisco italiano o papables más conservadores y tradicionalistas como Péter Erdö o Robert Sarah, uno de los más críticos con la apertura iniciada por Bergoglio.

Salvo sorpresas, en cuestión de días se desvelará la incógnita y la chimenea de la Capilla Sixtina soltará la famosa fumata blanca. Un proceso que ya no se hace con paja, como antiguamente, sino con humo pirotécnico compuesto de lactosa. Un síntoma más de cierta modernidad en la férrea tradición vaticana para elegir al líder de la Iglesia católica.

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