Íñaki Urdangarin ya es un ciudadano libre tras cumplir su condena de cinco años y 10 meses por múltiples delitos de corrupción por su implicación en el caso Nóos. El exmarido de la infanta Cristina comienza su nueva etapa en Vitoria, donde tiene a su nueva pareja, según informa en el vídeo Isabel Sanz.
El excuñado del rey Felipe VI fue sentenciado por la Audiencia de Palma a seis años y tres meses de cárcel por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. El Tribunal Supremo le rebajó la pena a cinco años y 10 meses al eximirle de falsedad en documento público.
Iñaki Urdangarin recupera la libertad después de cumplir cinco años y 10 meses en prisión. Todo comenzó con el registro que ocurrió el ocho de noviembre de 2011 en Palma de Mallorca. Se investigaba la fundación Nóos que él mismo presidía y que era sin ánimo de lucro sobre el papel.
Él, junto a su socio Diego Torres, tenía un entramado de sociedades, asesoramientos vacíos y fraudes a Hacienda. Con todo confirmado, llegó la imagen de su primera comparecencia como investigado ante el juez José Castro Aragón. Tanto él como la infanta Cristina cruzaron la misma rampa para ir al juico. A ella la condenaron a una multa y a él a seis años de cárcel que luego le rebajaron a cinco y 10 meses en 2018.
Una vez que fue condenado, Urdangarin ingresó el 18 de junio de 2018 en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila), donde estuvo hasta enero de 2021. Tan solo tardó un año en salir de la cárcel para ir a ONG El Hogar de Don Orione, un centro con personas con discapacidad donde realizó un voluntariado de dos años. En 2021 se trasladó a la cárcel Zaballa y terminó allí su condena. En marzo de 2022 obtuvo la libertad condicional tras cumplir dos tercios de la condena y encontró un trabajo en un bufete de abogados en Vitoria, donde conoció a su actual pareja: Ainhoa Armentia.
Después de salir a la luz la relación, Urdangarin se separó de Cristina de Borbón en enero de 2022 tras casi 25 años de matrimonio. Ahora, con el final de su condena, el exduque de Palma convive en Vitoria con Armentia en un piso cercano al de su madre, Claire Libaert. Sus antecedentes penales se mantendrán durante cinco años y, si no comete ningún otro delito, se eliminarán pasado este tiempo.