Entrevistas

Vicente G. Olaya, periodista: “El arqueólogo es el amigo perfecto para charlar de lo que quieras”

Vicente G. Olaya publica un libro para hacer llegar la arqueología al gran público
Vicente G. Olaya y su objetivo de hacer llegar la arqueología al gran públicoIMAGEN: Adrián Alonso, Antonio Palomares y Pedro Galindo
  • El autor, especializado en información sobre Patrimonio Histórico, publica una 'Pequeña historia sobre los grandes hallazgos arqueológicos'

  • De Altamira a Egipto, el libro viaja por las grandes culturas y civilizaciones del mundo

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Los arqueólogos son personas inquietas y, sobre todo, curiosas e inconformistas, que necesitan llegar al fondo de cualquier agujero o excavar cualquier montículo sospechoso de ocultar algún rastro de nuestros antepasados. No buscan el valor material de los objetos, que puede ser enorme y que entregan a los museos, sino ampliar nuestros conocimientos sobre lo que ocurrió mucho antes de que naciésemos.

“Además, el arqueólogo es el amigo perfecto para charlar de lo que quieras; sabe de todo: de historia, química, geografía, política o arquitectura, es un tipo renacentista”, confiesa Vicente G. Olaya (Madrid, 1962) en una entrevista con Noticias Cuatro con motivo de la publicación de su ‘Pequeña historia de los grandes descubrimientos arqueológicos’ (Espasa).

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Ese también ha sido el verdadero objetivo del autor: estudiar, conservar y aprender del pasado y legárselo a las siguientes generaciones. Parece que fue una curiosa niña de ocho años quien vio los bisontes pintados en el techo de la cueva de Altamira. Otros descubrimientos fueron fruto de la casualidad y sus autores no eran arqueólogos, sino campesinos o militares. Todos ellos cobran protagonismo en esta pequeña historia y en las ilustraciones de Quino Marín.

En este libro encontramos descubrimientos, peripecias y anécdotas increíbles. Viajamos en el tiempo, desde el momento en que un grupo de cazadores pintaron las cuevas de Altamira hace 30.000 años, y alrededor del mundo, desde el antiguo Egipto hasta los asentamientos vikingos en América del Norte, pasando por Asiria, China o la isla de Pascua.

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“La letra con sangre no entra, sino con una sonrisa”, opina Vicente G. Olaya. “Es más fácil recordar un hecho arqueológico o histórico si el recuerdo resulta placentero. Este libro pretende presentar algunos de los principales hallazgos arqueológicos de la historia —hay muchos más— con un ligero gesto sonriente, pero siempre mostrando el máximo respeto a los hombres y mujeres que los alcanzaron”.

Dos personajes se repiten en este libro, aunque ninguno existió: Sherlock Holmes e Indiana Jones. El primero porque empleaba el método deductivo, herramienta fundamental para desentrañar los muchos misterios de la arqueología. El segundo porque muestra el valor de los hallazgos y los hace populares. “Uno de los grandes problemas de la arqueología es que sus promotores escriben doctos estudios que no llegan al gran público y pasan inadvertidos, a pesar de que relatan historias apasionantes”, se queja el autor.

Precisamente, para luchar contra esa inercia está escrito este libro de Vicente G. Olaya, que ejerce el periodismo en El País, donde es redactor jefe y trabaja desde hace más de tres décadas. En los años más recientes se ha especializado en Arqueología y Patrimonio histórico.