Álvaro, un hombre que asegura ser “un truhan y un señor”, ha acudido al restaurante del amor con un objetivo claro: encontrar a una chica con la que marcharse de viaje a Roma y a otros lugares. El programa ha dado en el clavo, ya que le ha juntado con una amante del turismo.
Sin embargo, pese a todas las cosas que tenían en común, el joven estudiante de periodismo ha decidido rechazar a la otra comensal por algo que muy poco tenía que ver con su espíritu wanderlust. Así ha sido el incómodo momento.
Cuando se han levantado de la mesa e ido a un rincón más íntimo del restaurante, Álvaro y Mari Carmen han podido jugar al juego de las bolas. Ella ha asegurado que no era de darse besos en la primera cita y se no ha querido dar un paso más.
Él, por su parte, estaba deseando dar un beso a su acompañante y no ha dudado en pedírselo en varias ocasiones, pese a la constante negativa de ella. El estudiante estaba imparable, quería fusionar sus labios con los de Mari Carmen, pero la joven se ha negado en rotundo.
En el momento final, ella ha asegurado que sí que quería tener una segunda cita con él, mientras que Álvaro la ha rechazado por un motivo muy extraño: “No me gustaría tener una segunda cita en plan pareja porque me ha faltado esa chispa, ese fogonazo”, declaraba.
“Me ha faltado un morreo en los labios carnosos…”, decía él. “Pero, si me das ahora un morreo… a lo mejor”, decía, dando a entender que podía cambiar de opinión. Ella, tras escuchar esta incómoda propuesta, no ha dudado en darle un tremendo zasca.
“Yo pienso que una persona no te tiene que gustar porque te dé un morreo o no. Te tengo que gustar por mi personalidad. Yo no voy a dejar de ser yo misma”, decía la joven, muy tajante.