La misión de rescate de Julen no tiene precedentes. Las esperanzas están puestas en los mineros de la Brigada de Rescate de Asturias que llevan días esperando a que se terminara el pozo para poder bajar.
Son ocho mineros que trabajarán de dos en dos. Pero allí abajo, junto a ellos, para ayudarles en todo momento, estarán también miembros de los TEDAX de la Guardia Civil y de los bomberos de montaña. Los primeros harán microvoladuras si la roca es demasiado dura y no se puede picar a mano.
Los expertos aseguran que estas pequeñas explosiones están muy controladas, que se han hecho en circunstancias parecidas otras veces para rescatar a espeleólogos y que no conllevan riesgo ni para el equipo de rescate, ni para Julen.
Los bomberos asistirán a los mineros asturianos con la ventilación y garantizarán su seguridad. Hay que tener en cuenta que respirar allí abajo mientras pican la montaña es complicado por el polvo que se genera. Necesitan pesados equipos de respiración.
Los mineros trabajarán como máximo en turnos de 40 minutos. Son los mejores y han hecho rescates parecidos otras veces. No han querido hablar con los medios. Están concentrados en su objetivo: sacar a Julen del pozo.