La sorprendente decisión final de las chicas: solo dos de ellas aceptan la llamada divina

cuatro.com 16/05/2016 00:07

Las chicas se despiden entre lágrimas de los niños bolivianos

La aventura boliviana de las chicas ha llegado a su fin y, entre lágrimas, las novicias se han despedido de la que ha sido su familia durante unos días. Tanto los niños como las hermanas de la misión han despedido a nuestras chicas con abrazos y regalos. Una parte de Paloma, Juleysi, Jaqui, Janet y Fernanda se ha quedado sin duda en Bella Vista. Tras despedirse del que ha sido su hogar y de sus uniformes, las chicas han dejado escapar su sensibilidad y se han regalado unos instantes para despedirse y desearse lo mejor. No saben qué les deparará el futuro, pero lo que sí saben es que esta experiencia les ha cambiado y que ha sido un privilegio para todas ellas compartirla. Sor Marian no sabe cuáles de ellas dedicarán su vida a Dios, pero lo que está claro es que todas han crecido como persona.

Antes de dejar atrás el colegio del Santísimo Sacramento las chicas deberán dejar atrás algo que las ha acompañado todo este tiempo: su uniforme. Para Paloma no ha supuesto ninguna alegría, "ella es mucho más que la ropa que lleva puesta". Para otras como Juleysi, recuperar sus prendas, y sobre todo su maquillaje, ha supuesto un subidón: “Me sentí muy bien al volver a mi mundo, con mi maquillaje.

Juleysi le pide a Alberto más tiempo para decidir sobre su futuro

Tras varias semanas dedicada a la vida religiosa, en lo primero que Juleysi ha pensado al volver a la vida normal ha sido Alberto. En cuanto se ha despedido de sus compañeras y de la madre Marian, Juleysi le ha mandado un mensaje a su chico y no ha podido evitar enfadarse un poco cuando, tras unos minutos, Alberto no le contestaba. Tras mandarle hasta varias "caritas enfadadas", finalmente Alberto ha acudido a su llamada y han vivido en el parque un reencuentro de lo más romántico. Él estaba convencido de que su chica ya había tomado la decisión de quedarse con él, pero Juleysi le ha soltado un jarro de agua fría diciéndole que aún no le tenía del todo claro, necesitaba un día más y Alberto se lo ha concedido.

Probablemente, de todas las chicas la que más dudas ha tenido siempre sobre si dedicar o no su vida a Dios ha sido precisamente ella, Juleysi. La joven no tenía nada claro y necesitaba volver al convento de clausura en el que tan a gusto se sintió. Alberto se ha quedado fuera esperando, muy nervioso, a que su chica tome la decisión que él necesita y, tras un buen rato hablando con Sor Encarnación, Juleysi ha tomado la decisión más importante de su vida… ¡quedarse con su novio Alberto! Aunque, eso sí, él deberá también acercarse a Dios.

¡Paloma decide dedicar su vida a Dios!

Para Paloma, volver a la ‘Casa Madre’ ha sido algo muy especial porque desde el primer momento en que pisó ese lugar sintió algo muy especial. Le ha explicado a las madres que cuando pasó unos días en Bolivia terminó de reafirmar su decisión de… ¡dedicarse a Dios¡dedicarse a Dios! Cuando Teresa, la monja misionera, ha visto allí a Paloma ambas se han fundido en un precioso abrazo que se ha transformado en lágrimas de emoción cuando le ha comunicado su decisión de seguir sus pasos. Paloma siente que ha tomado la decisión correcta y que dedicar su vida a los demás de esta manera es para lo que ella fue creada. Está segura de que la selva es su lugar.

Tras elegir su futuro, Paloma ha puesto rumbo a Almería para comunicarle a su familia que ya ha tomado una decisión que la va a separar de ellos miles de kilómetros. Cuando han visto a Paloma en casa de nuevo, sus hermanos y sobrinos se han vuelto locos de alegría y se han abalanzado sobre ella comiéndosela a besos. Aunque su padre cree que aún es joven para saber qué es realmente lo que quiere, ella ya ha tomado una decisión y les ha explicado que lo que sintió en la misión de Bolivia es algo que no había sentido nunca antes. Aunque van a echarla muchísimo de menos, se alegran enormemente por ella y la apoyarán hasta el final.

En el camino de vuelta a casa desde Bolvia, Fernanda no ha podido esperar más y a mitad de camino ha necesitado tener una charla con Sor Marian para sentirse capaz de tomar una decisión definitiva. Las experiencias vividas en estas semanas, han hecho que Fernanda pase de ser la más firma candidata para convertirse en religiosa, a ser la que más dudas tiene sobre su futuro espiritual. La joven se ha dado cuenta de que le sigue interesando tener novio, formar una familia y el resto de cosas que las chicas de su edad tienen, pero tras su conversación con la hermana Marian, Fernanda ha tomado su decisión final: quiere ser una más de la congregación, quiere entregar su vida a Dios.

Una vez tomada la decisión, en Mallorca la esperaban unos padres que nunca habían visto con buenos ojos la vocación religiosa de su hija. Ella ha llegado con la decisión tomada y no tiene ninguna duda de que la opción que ha elegido es la correcta. Con cierto reparo, Fernanda se ha reencontrado con Andrés y Rosa María que se han emocionado muchísimo al tener de nuevo con ellos a su pequeña aunque, las risas han durado poco… Fernanda les ha comunicado que va a dedicar su vida al Señor y a los demás, y eso es algo que sus padres no han acogido con mucha alegría aunque, finalmente han aceptado que eso es lo que a su hija le hace feliz.

Las hermanas seguirán con su vida de siempre, y su madre se alegra

Las hermanas Capdevilla han querido hacer una última visita al orfanato que tanto les aportó en su aventura ante de decidir sobre su futuro. Para ellas, Leuca ha sido uno de las vivencias más importantes de este camino que durante semanas han recorrido. Jaqui y Janet le han explicado a la madre Ana Carmen que tanto les ha marcado su experiencia con ellos, que están convencidas de que, elijan lo que elijan, su futuro estará cerca de los niños necesitados que tanto les han aportado.

Tras la parada obligada en el orfanato, Jaqui y Janet solo pensaban en una cosa: encontrarse de nuevo con Angels, su madre. Janet ya no podía aguantar más lejos de su madre, y Jaqui ha roto a llorar cuando se ha sentado por fin frente a su madre. Las chicas le han contado a su madre, paso a paso, cada una de las aventuras que han vivido junto a sus compañeras en estas semanas. La pequeña de las Capdevilla le ha explicado a su madre entre lágrimas que veía su rostro en cada una de las madres con las que han convivido. Pese a que no se sienten preparadas para convertirse en monjas, para ellas esta vivencia ha sido algo que jamás olvidarán aunque también reconocen que tienen muchas ganas… ¡de comerse una buena paella!

Así termina esta aventura única. Un viaje de madurez para estas cinco chicas que iniciaban esta experiencia cargadas de dudas y preguntas, y la terminan con la seguridad de haber obtenido una respuesta a su llamada.