Los roces y las afinidades caldean la aventura

cuatro.com 26/09/2011 00:49

Es inevitable que en una carrera tan extrema, los participantes creen vínculos entre ellos. Algunos, más calculadores que otros, intentan poner distancia como estrategia. Otros, buscan aliados, y otros, simplemente, solo buscan ganar.

Mal de muchos….

…consuelo de pocos. Las sanciones impuestas por Sara y María une a Inés y Pedro con Jota y Freire. Los cuatro se lo pasan de lo lindo en su paseo en barco por el Lago Victoria, ¡ y ojo!, prometen guardarse esto.

Ambas parejas, aunque sobre todo, Inés y Pedro, no se toman bien el juego de las sanciones. María y Sara les han elegido por falta de afinidad y ellos se lo toman como algo personal: “si me voy, antes de irme cojo la ‘mierda’ de las botas y se la restriego por la cara”, eso promete Inés ante Mónica y Ezequiel.

¿Es una táctica correcta hacer amigos en una carrera?

A Paula y Luisa ser tan competitivas les jugó una mala pasada, dejaron claro desde el principio que no necesitaban hacer amigos. Entorpecieron a drede la carrera de algunos compañeros, no les dejaron subir a un camión para que les trasportara y cuando ellas necesitaron ayuda, sufrieron en sus carnes la falta de tacto que ellas tuvieron.

Caso diferente es el de David y Cuqui. Su amistad con las sevillanas es declarada a los cuatro vientos. Las ayudan siempre que pueden. En el segundo territorio llegaron juntos, decidieron el primer puesto en consenso y les dieron la oportunidad de jugar la inmunidad, junto a Sara y María. Las ‘rubias’ les agradecieron el gesto más tarde quitándoles el peaje de “Petrol Station”.

El asunto es que Mar y Vanesa avisan, ellas no les van a dar tanto carril. Aseguran que si quieren ganar no van a darles ventaja por ser amigos. “Se lo agradecemos, pero esto es una competición”, aseguran.

Las sevillanas se enrollan

Jota y Freire tienen el radar a punto, su objetivo es llevarse, además del premio, una conquista, y las sevillanas parecen ser la clave. El comparativo de Freire hacia ellas es de órdago “son liendres”. Traducido, significa que son enrolladas, tienen gracia, desparpajo…y son unos bellezones, cosa que a Santiago le trae por el camino de la amargura.

Las hermanas pasan la noche con padre e hijo, y esto despierta en Santiago sus instintos más carnales: “están mas buenas que un trozo de pan, pero yo soy viejo y no puedo catar esa carne”.

Mientras tanto, Mar y Vanesa, luchan contra ellas mismas. La situación se les va de las manos. Se agobian y no se entienden. El carácter de una pisa el de la otra, y se reprochan falta de tacto y comprensión. Ellas mismas confiesan que son muy ‘agonías’.