Ponerse de pie con parálisis cerebral: así lo consiguen Raúl y Diego gracias a un exoesqueleto

  • Raúl y Diego son dos niños con parálisis cerebral que logran ponerse de pie gracias a un exoesqueleto

  • El exoesqueleto pediátrico es capaz de mejorar la movilidad de los niños en un 30%

  • Este aparato consigue que los niños puedan relacionarse mejor con su entorno y reducir el dolor

Gracias a un ensayo clínico del Hospital Gregorio Maraños de Madrid, muchos niños con problemas de movilidad pueden ponerse de pie. Imágenes como las de Raúl y Diego nos muestran cómo un exoesqueleto puede cambiar la vida de los más pequeños, según informa en el vídeo Patricia Pereda.

Raúl y Diego tienen parálisis cerebral. Sus vidas estaban atadas a una silla hasta que probaron el exoesqueleto. Tan solo se necesitan ver sus caras de felicidad para ver cómo la tecnología puede cambiar la vida de ambos. El ensayo demuestra que se puede mejorar su movilidad en más de un 30%.

El exoesqueleto, la clave para los niños con movilidad reducida

En el Hospital Gregorio Maraños de Madrid se escuchan gritos y aplausos de felicidad. Raúl no puede contener la emoción cuando llega su momento más esperado de la semana: poder andar. Tiene parálisis cerebral y su forma de ver el mundo es totalmente distinta. "Lo único que quiere es andar y la única posibilidad de hacerlo sin nada es con un exoesqueleto", explica su madre, María Pérez.

El exoesqueleto pediátrico mejora la movilidad en más de un 30%. Su uso aporta beneficios físicos y psicológicos. "Las piernas las tiene mucho más estiradas y va más erguido. Tiene la sensación de más libertad", afirma la madre de Raúl, uno de los diez menores que participan en el ensayo.

"El niño está integrado con el resto de los menores", asegura un fisioterapeuta

Miriam Martín, rehabilitadora del Hospital Gregorio Marañon, destaca que con el exoesqueleto mejoran su elasticidad. "El tono lo tienen muy alto y esto no les permite tener un movimiento más libre. Después de la sesión están más relajados", apunta.

"No es caminar por caminar. El pequeño está integrado con el resto de los niños, con sus abuelos, sus padres y con nosotros", afirma Alfonso Fernández, fisioterapeuta del hospital. Niños como Raúl y Diego pueden mejorar su calidad de vida, disminuir el dolor y relacionarse mejor con su entorno, un factor relevante en los menores con parálisis cerebral que ahora sí pueden disfrutar jugando con los demás.