Los detenidos tras los atentados en Cataluña señalan al imán de Ripoll como cabecilla
Noticias Cuatro
22/08/201720:59 h.Los cuatro detenidos tras los atentados de Barcelona y Cambrils, considerados miembros de una célula yihadista que estaba formada por 12 personas, han declarado ante el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu. Ellos son Mohamed Houli, Driss Oukabir, Mohammed Aalla y Salh el Karib.
El primero, Houli, de 21 años y melillense, ha iniciado la ronda de interrogatorios con un testimonio clave. Dice que preparaban desde hace dos meses atentados contra monumentos e iglesias como la Sagrada Familia. Más allá, ha señalado al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, como el jefe, que pretendía inmolarse, además de identificar a los miembros de la célula. La explosión de Alcanar hizo fracasar sus planes. Una explosión de la que salió herido de gravedad. Dice que se salvó porque estaba en el porche, y asegura que no quería hacer daño. Su documentación apareció en la furgoneta abandonada en Vic, alquilada por los terroristas para huir.
Tras él, ha declarado durante una hora Driss Oukabir, marroquí de 28 años. Ahora, ha reconocido una segunda versión a la que ofreció inicialmente: su hermano, Moussa Oukabir, –abatido en Cambrils junto a otros cuatro terroristas–, no le robó la documentación. Él alquiló las furgonetas en persona porque le dijeron que las necesitaban para una mudanza y el alquiler tenía que hacerlo alguien mayor de 26 años. Detenido en Ripoll cuando, según él, se iba a entregar, tiene antecedentes, pero no por terrorismo.
Mohammed Aalla ha sido el siguiente en responder ante el juez. Propietario del Audi A3 del ataque en Cambrils, reconoce que el coche está a su nombre pero asegura que su hermano Said –también abatido en Cambrils–, era el que lo usaba siempre. De 27 años, detenido en Ripoll al entregarse, es también hermano de Youssef Aalla, que podría estar bajo los escombros de Alcanar.
El último en declarar ha sido Salh el Karib. Dice que solo hacía favores pagados, y por eso sacó billetes de avión a uno de los detenidos y al imán. Pagaba con su tarjeta y a cambio cobraba pequeñas comisiones. De 34 años, dueño del locutorio desde donde compró los billetes, se le detuvo en su domicilio, en Ripoll.