Cientos de cadáveres hacinados en la Facultad de Medicina
Raquel Duva, Sandra Mir
03/10/201616:23 h.Pilar Mansilla llevaba una década trabajando en los sótanos de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Entre cientos de cadáveres hacinados y en condiciones lamentables. Lo peor comenzó hace cinco años cuando José Ramón Mérida pasó a ser el director del Departamento de Anatomía y Embriología Humana II: decenas de cuerpos amortajados en cámaras frigoríficas esperando a ser estudiados; otros ya mutilados y en descomposición, aguardando el momento de ser incinerados.
Pilar empezó a sufrir las consecuencias de esta situación: dos faringitis, tres insuficiencias respiratorias agudas, astenia, hipertensión, ansiedad, conjuntivitis crónica, varias infecciones, un tumor en una pierna, cefalea, seis migrañas, sinusitis crónica, pérdida de olfato, neumonía con derrame pleural, varias metrorragias operadas ...hasta que finalmente le diagnosticaron cáncer de mama. Entonces empezó su lucha para demostrar que estas enfermedades podrían estar derivadas de las condiciones insalubres de su empleo, inhalando constantemente los vapores del formol, entre virus y bacterias.
En mayo de 2014 decidió querellarse contra los responsables del Departamento y grabó con su teléfono la cámara de los horrores en las que trabajaba a diario. A ella se unieron otros empleados que también empezaron a sufrir las consecuencias. La Fiscalía investiga ahora si pueden quedar acusados de un delito contra la salud de los trabajadores y si el Director pudo intentar lucrarse de la utilización de estos cadáveres donados voluntariamente a la ciencia.