Rayas, lunares o cuadros junto con estampados psicodélicos, geométricos o incluso urbanos son los filtros que Dani Olivier impregna a sus modelos. Desnudas, sin accesorios ni maquillajes, el matemático decide sus posturas y movimientos para explotar al máximo su erotismo. Todo ello le convierte en el fotógrafo de la sensualidad, ya que crea el deseo sólo con cuerpos cubiertos de luz y color.