Ignacio González argumenta que las pruebas contra él son débiles y que no hay riesgo de fuga para evitar la prisión provisional. El expresidente de la Comunidad de Madrid argumenta que su hija se casa en unos días y que su padre, de 90 años, necesita cuidados. Además, apunta que sus cuentas y bienes están embargados, así que no tiene ni dinero ni ánimo para escaparse.