“Un juez es una persona que puede tener sus simpatías o antipatías pero lo que tiene que suceder es que no se refleje en sus decisiones, en sus sentencias”, decía Juan Carlos Aparicio, exministro de Trabajo, en alusión a la decisión sobre la recusar o no al magistrado Enrique López en el tribunal que juzgará la primera parte del Caso Gürtel dado que ha participado en FAES. “Lo que hoy estará valorando la sala es si existe interés económico o de otra naturaleza, que me parece obvio que no, y también que no media una antipatía profunda o amistad íntima”, apuntaba.