Los cuatro hechos más macabros que llevaron a Ramón Laso a la cárcel

cuatro.com 17/02/2017 00:06

El 9 de junio de 1988, Dolores Camacho, mujer de Ramón Laso, apareció decapitada sobre la vía del tren. En un primer momento se pensó que se había suicidado pero los indicios y un testigo clave del caso dio un vuelco a la investigación. Y se empezó a hablar de homicidio. Por un lado, su ropa no no estaba manchada de sangre, ni su cara estaba morada... "si se hubiera suicidado la piel estaría completamente blanca, estaría completamente llena de sangre y en el suelo habría un montón de sangre", explica Patricio Cuesta, policía científica. Además la ropa no estaba húmeda y las zapatillas estaban limpias, algo que también llamó mucho la atención de la policía. Si se hubiera suicidado, estaría todo sucio y lleno de tierra y barro. Se llegó a la conclusión de que Ramón asfixió a su mujer y con la ayuda de una tercera persona, trasladaron el cuerpo hasta la vía del tren.

Otro suceso que hace que Ramón Laso sea un hombre totalmente frío y calculador fue cuando el día de la muerte de su primera mujer, él acudió al lugar donde Dolores había aparecido decapitada. Se acercó a la vía del tren e hizo algo totalmente macabro, "cogió por el pelo la cabeza de su mujer, la puso a su altura, la miró y luego la dejó. En ese momento el padre de Dolores Camacho se desmayó", ha explicado Jorge Colomer, detective privado del caso.

Tras asesinar a su mujer, Ramón también planeó el asesinato de su hijo Daniel de seis años. En la carretera N-230 de Tarragona, Ramón y Dani Laso tuvieron un accidente. Ramón paró el coche en un barranco, metió primera y empujó el coche, a continuación provocó un incendio con el niño dentro. "No es un asesinato cualquiera, solo un psicópata sin sentimientos puede quemar a su hijo de esa manera y quedarse a ver cómo arde", explica Jorge Colomer, detective privado. Este accidente no lo tiene con su propio vehículo, sino con uno de sustitución, esto le permitió cobrar un seguro por la muerte de su hijo, tres millones de pesetas.

En el año 1999, Ramón Laso sale de la cárcel, deja Amposta y se va al norte de Tarragona, donde rehace su vida con Julia Lamas. Nadie en la familia Lamas conocía el pasado de Ramón, él se lo oculta por completo. Pero el 27 marzo de 2009, todo cambia. Julia Lamas y Maurici Font desaparecen y nunca más se supo nada de ellos. Por este hecho, fue condenado a 30 años de prisión en octubre de 2014 sin confesión, sin testigos, sin el arma del crimen, sin cadáveres... solo por los indicios.