Un preso iraquí le comunica a Carrie Mathison que un soldado estadounidense se ha cambiado de mando. A cambio de esta alarmanteinformación, la agente de la CIA le promete cuidar de la familia del preso antes de ser ajusticiado.
Carrie es apartada de su labor de campo en IRAK por sus métodos poco ortodoxos y regresa a la base de Estados Unidos. Diez meses más tarde, el director David Estes comunica a su equipo que el Sargento Nicholas Brody, un francotirador del cuerpo de Marines ha sido rescatado tras pasar más de ocho años como rehén de Al Qaeda.
BRODY REGRESA A CASA COMO UN HÉROE DE GUERRA
El Sargento Nicholas Brody es recibido como un héroe de guerra y la Casa Blanca organiza una campaña mediática en torno al soldado. La historia parece sacada de una película: su mujer cuido de los dos hijos que ambos tenían durante esta época y no perdió la esperanza de su regreso. Ahora son una familia feliz, o lo parecen.
VERDADES Y MENTIRAS EN EL PRIMER INTERROGATORIO DE BRODY
La CIA interroga a Brody con el objetivo de obtener alguna pista sobre el enemigo público número uno del país, el líder de Al Qaeda Abu Nazhir. La agente Mathison no desaprovecha la oportunidad de poner a Brody en un aprieto. Está convencida de que Brody miente.
LAS PESADILLAS DEL SARGENTO BRODY
Carrie es testigo, a través de las cámaras que ha puesto en la casa de Brody, de los traumas que el soldado arrastra. Observa como prácticamente viola a su mujer y cómo se despierta sudando de sus pesadillas.
La presión de los medios de comunicación también está afectando al ambiguo héroe de guerra, pero Brody cambia de actitud y Carrie cree que está “jugando a ser héroe”. Así se lo hace saber a su compañero Saúl.
NO HAY CÁMARAS EN EL GARAJE
Los ayudantes de Carrie Mathison no llegaron a poner cámaras en el garaje de la casa de Brody y la agente, obsesionada con el soldado, cree que Brody tiene algo escondido en su garaje. Nick pasa largas estancias en ese cuarto y una mañana acude allí. Coloca una alfombra y se orienta hacia La Meca.