Para gustos...¡Granjeros!. Así son nuestros nuevos pretendientes

cuatro.com 19/06/2011 00:59

Cristina Rodríguez Izquierdo

Porque lo tienen todo pero se sienten solos. Son 10 granjeros que aspiran a encontrar el amor y esperan las cartas de las mujeres que aspirarán a ser sus esposas. Las 6 que más éxito tengan conocerán a las mujeres que escriban los mensajes más apasionados, y solo dos de ellas les acompañaran a sus granjas, ese campo abonado para el amor.

Dicho esto, ya solo queda lo más fácil, o lo más difícil, según se mire: elegir granjero. Hay de todos los gustos.

César es 100% romanticismo

Empecemos por César, un romántico ganadero de Palencia que valora el amor por encima de todas las cosas, incluso por encima de cualquier desengaño. Tiene un hijo, fruto de su anterior matrimonio, y sobre él pesa una historia de amor digna de telenovela. Una relación frustrada por la enfermedad en vísperas de la boda. Le encanta pasear en calesa y mirar las estrellas.

Un ermitaño llamado Fermín

Fermín, o como el se refiere así mismo, el ermitaño, es un hombre pintoresco. Vive en medio de la montaña, completamente aislado de la civilización, sin electricidad, ni tecnologías. No sabe lo que es ver la televisión y le gusta cultivar las artes en su tiempo libre. Toca el violín, le gusta leer, esculpe en piedra y busca una mujer con valores, que se adapte a su forma de vida y quiera vivir en un remanso de paz.

Luis, el yogurín

El sex symbol de los granjeros. Es jinete profesional, y aunque una lesión le apartó de la competición durante un tiempo, sueña con volver a montar. Mientras tanto es el encargado de una finca. Dejó todo por vivir en el campo, su familia no tiene nada que ver con el sector. Es guapo, deportista... y sabe que gusta. Quiere una relación estable y para ello busca a una mujer con clase y estilo que no le saque los colores y que se convierta en dueña y señora de su casa.

Fidel, el alcalde

Fidel protagoniza la típica historia del urbanita que deja la ciudad por el campo. Trabajó en Madrid y se trasladó al pueblo en busca de la felicidad. Tiene todo lo que puede desear, incluyendo la alcaldía del pueblo. Trabajo que le llena y le mantiene ocupado la mayor parte del tiempo. Busca a una mujer que le ayude en su actividad política, que se relacione con la gente y sobre todo, que le quiera.

Gustavo, un trozo de pan

A Gustavo el tema de las mujeres le ha salido rana. Cuando ya tenía una familia su mujer le abandonó. Con ayuda de su gente sacó a sus tres hijos adelante y ahora busca una esposa que le cuide, como el cuida a los demás, que quiera a sus hijos, y que aprenda a tomarse la vida con el mismo admirable sentido del humor con el que Gustavo afronta los problemas.

Román, el hombre sensible

Si te van los hombres emotivos, Román es tu hombre. Es hablar de los amigos y Román se emociona, no hay nada más importante como la familia. Vive de los animales, a los cuales adora, y siente que estar enamorado debe ser lo más grande del mundo, espera poder decirle a una mujer, "Te quiero" por primera vez.

Paco, tocado por el desamor

La vida para Paco se torció cuando después de 16 años, su matrimonio se fue a pique por incompatibilidad de caracteres. Desde entonces Paco no ha tenido nada serio. Quiere una mujer para toda la vida, y para ello estaría dispuesto a sacrificar lo más sagrado para él: su bigote.

Melendi lleva el ritmo en la sangre

Su oficina, cómo el la llama, es ir al prado con las vacas. Su vida gira en torno al ganado, y necesita una mujer que le ayude y comprenda, y sobre todo, que le de hijos. Quiere casarse, y su ilusión es poder darle un bisnieto a sus abuelos. La vida en su pueblo en tranquila, no hay mucha juventud.

El clan de los Joaquines

Entrar a formar parte de la familia de Joaquín, es entrar en el clan de los Joaquines. Su padre y su abuelo se llaman igual, y por supuesto su hijo tendrá que llevar el mismo nombre. Es un hombre práctico con un claro sentido del deber. Valora mucho el dinero, por el esfuerzo que conlleva ganarlo, y es primordial que la mujer que le quiere, debe saber administrarse y trabajar.

Jonathan, el Cristiano Ronaldo de los tractores

Desde que su padre le subió por primera vez a un tractor a los 12 años, no ha podido bajarse de él. Es un hombre especial. No es un granjero al uso, le gusta vestir bien, ser elegante y reconoce que de santo tiene poco. Le encanta el sexo y avisa, la mujer que le quiera deberá encargarse de la casa, porque él no sabe hacer nada. Le gustan las mujeres guapas y serviciales.

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