Yolanda es una mujer que se cuida mucho y busca a un hombre con pelo y que también se cuide. Lleva cuatro años en la tarea de encontrar el amor y tiene la sensación de que se fija en las cosas inadecuadas. El físico no debería ser importante, pero si tiene los ojos claros “mejor, que mejor”.
Fernando, su cita, tiene la sensación de que las mujeres se han aprovechado de él “se llama pagafantas, se llama panchito…”, pero tiene claro que no va a cambiar por nadie. Al verle, Yolanda ha visto a un hombre que no le ha gustado nada “no encaja conmigo”. Los dos son vascos y a él, sí le ha gustado mucho ella.
La soltera ha querido saber si Fernando era padre y él le ha dicho que tenía una hija y dos nietos, pero que a él “los niños que lloran y los moñas, no me gustan”. Le ha demostrado un humor que, a ella, no le ha hecho gracia. También le ha dicho que tenía una prótesis de cadera y que había ciertos deportes que no podía practicar, algo que también choca con los planes de baile y senderismo que tenía ella.
En mitad de la cena, a Fernando se le ha ido la comida por otro lado y ha comenzado a toser muchísimo. El soltero se estaba atragantando, pero no ha dejado de bromear “llama a la ambulancia”. Yolanda al ver que era solo tos, le ha dicho que sí quería llamaba a Matías para que le diera unos golpecitos en la espalda y él le ha vuelto a hablar de lo guapo que era el camarero. Detalle que a ella le ha hecho dudar.
Finalmente, Matías se ha acercado para darle un vaso de agua porque no dejaba de toser y ella ha tenido la sensación de que le gustaba más el camarero que ella, pero Fernando le ha dicho que no era así “me gustas tú, pero si un hombre es guapo, yo lo digo”. Él ha querido saber cuántos años tenía Yolanda, pero ella no ha necesitado saberlo para sentir que era más mayor de lo que ella estaba buscando.
Consciente de que no iba a ser correspondido, Fernando ha querido pasárselo bien y ha querido saber qué le había parecido a su cita. Yolanda ha sido “escrupulosamente sincera” y a él le ha parecido bien. Los solteros han sacado el lado divertido de cada conversación que iban teniendo y ella le ha confesado que no era su tipo de hombre, pero que sí le parecía “un bonachón y una buena persona”.