Ángel escribió a 'Diario de' pidiendo ayuda porque está desesperado. No tiene identidad ni nunca la ha tenido. Sus padres no le registraron cuando nació y un cúmulo de desgracias provocó que lleve 23 años siendo un fantasma. Desde que cumplió la mayoría de edad lleva en trámites con el Registro civil de San Javier, en Murcia y todavía no ha conseguido tener su DNI. Ángel no puede votar, ni conducir, ni viajar, ni ir al médico, ni abrir una cuenta en el banco... pero lo que más le duele es que su hijo no puede llevar sus apellidos. Tiene las obligaciones de cualquier ciudadano pero carece de todos los derechos básicos. 'Diario de' acude con Ángel a los organismos oficiales para comprobar que nadie le hace caso.