En medio de esta crisis, cientos de miles de españoles están indignadísimos porque no pueden sacar sus ahorros del banco. Son víctimas de las participaciones preferentes: un producto financiero complejo, de alto riesgo, que los bancos vendían a sus clientes de toda la vida como si fuera un plazo fijo, pero que en realidad era a perpetuidad. Una auténtica estafa a gran escala, que nadie supo parar a tiempo y que ha dejado un rosario de afectados.