El Gobierno canario insta al cierre a la residencia ilegal "Trinidad"

cuatro.com 18/05/2011 15:53

Ex trabajadores confirman en el programa de Ana Rosa que las vejaciones están denunciadas desde 2006 y que no se comprende cómo, cinco años después, nadie ha hecho nada

Un ex trabajador de la residencia clandestina e ilegal de ancianos de Las Palmas, Mario, ha contactado telefónicamente con el programa de Ana Rosapara desvelar una serie de hechos, el principal, que ya en 2008 cuando él trabaja allí "nada era normal".

Mario reconoce que el tema está denunciado desde el año 2006-07 y que ellos mismos lo hicieron a través de un sindicato. La pregunta, ¿por qué nadie hizo nada?. Al parecer, más de una inspección del Gobierno canario se dejó caer por la residencia. Ésta jamás se cerró y las vejaciones siguieron perpetrándose, esta vez ya a sabiendas de lo que ocurría por parte de la Administración.

El ex trabajador también confirma que los familiares de los ancianos no podían acudir libremente a la residencia a visitar a sus mayores, tan solo en los horarios y días establecidos. Cuando llegaban, todo estaba perfecto e "intentábamos hacer todo lo posible para que los abuelos estuviesen bien", agrega.

Es más, dada la deficiencia de comida que había en la residencia, los propios trabajadores, absortos por las lamentables condiciones, llevaban alimentos de su propia casa. También sus familiares, "porque veían que la comida no era buena ni correcta".

Los familiares pagaban una mensualidad de 1085 euros por mantener allí a sus ancianos. En una residencia que no tenía permisos y que vejaba a los mayores, tal y como el equipo de Diario De sacó a la luz en el Programa 4.

Aunque todos pensábamos que la residencia "Trinidad" estaba ya cerrada, este ex trabajador nos confirma que no, que la residencia sigue abierta: "hoy salió en las noticias (canarias) como que iban a cerrarla, pero están exigiendo a los familiares que se los lleven ellos".

Al ser una residencia privada es la familia y no la Administración la encargada de ocuparse de ellos. Y muchos, aún, no han recogido de este geriátrico a los ancianos que les dieron la vida.