Tony y Marius se enfrentan a su agresor, un religioso que presuntamente abusó de ellos cuando eran unos niños. Diario de consigue las declaraciones en exclusiva del fraile que abusó de ellos y al que ambos pedirán explicaciones. Las víctimas de estos abusos quieren con esta denuncia que deje de trabajar con niños, como hace actualmente.
El desgarrador relato de los supuestos abusos que sufrieron estas dos personas en su infancia contrasta con la frialdad con la que Lucio, su presunto agresor, responde a sus preguntas. Mercedes Milá profundiza en un tema que muchas veces ha sido silenciado.
Por otro lado, Diario de se acerca a la dura realidad de las viviendas del IVIMA de Navalcarnero (Madrid). Y es que desde que recibieran las llaves de los pisos de protección oficial viven aterrorizados. Varias de las casas han sido okupadas y muchos han tenido que irse por miedo. Además, sufren robos y el mobiliario común está destrozado.
Pero Diario de le da voz a todos los protagonistas hablando no sólo con los vecinos sino también con los okupas y los promotores de las viviendas. Un conflicto de difícil solución que plantea una realidad desde distintos puntos de vista, agravada por la situación económica.
En este programa, Diario de también se adentra en otro mundo, el de los curanderos. Cada vez son más los que ofrecen sus servicios mediante panfletos en el metro. Mercedes Milá consigue hablar con uno de ellos que lo primero que pide es que les llenen la nevera. Curanderos que dicen tratar todo tipo de dolencias con éxito garantizado mediante métodos poco ortodoxos que dan esperanza a personas con enfermedades muy graves e incurables a cambio de dinero.