La joven había enviado las imágenes de manera voluntaria a otro menor, uno de los arrestados, que inició la difusión del vídeo, lo que permitió una propagación en cadena del mismo.
Tras recibir la denuncia de la madre, los agentes iniciaron una investigación para identificar a los responsables de difundir estas imágenes.
Una vez realizadas las primeras pesquisas, los policías averiguaron que la menor había grabado estas imágenes de manera voluntaria y las había enviado a su amigo sin ningún tipo de coacción por su parte. No obstante, la difusión del vídeo por WhatsApp sí se realizó sin el consentimiento de la joven.
Después de diversas indagaciones los agentes lograron identificar, localizar y detener a las primeras personas que distribuyeron ese vídeo, al considerar que su actuación fue el origen de la enorme difusión alcanzada.