Todo empezó en 2001, cuando Mitch Hunter salvó la vida a una mujer que acababa de sufrir un accidente contra un poste de luz. Durante el rescate, Hunter sufrió una descarga eléctrica de tal calibre que hizo que perdiese la pierna izquierda y el rostro.
Desde entonces las operaciones para reconstruir su rostro eran una constante, aunque ninguna conseguía buenos resultados ni estética ni funcionalmente, con las consecuencias psicológicas que implicaba que todo el mundo mirase al ex soldado por la calle.
Sin embargo, una ventana se abría en la vida de Hunter en 2011 cuando se sometió al segundo trasplante de rostro que se llevaba a cabo en EEUU. Como recoge CNN, cuya filial 4-Hour News 8 ha entrevistado a Hunter, hoy en día se siente como cuando tenía 21 años, tiene un trabajo a jornada completa y puede pasear con su hijo sin sentirse el centro de atención que era antes.
"Mi accidente fue algo que me hizo más fuerte", asegura. "Claro, me gustaría tener mi pierna y mi rostro de vuelta, pero sino me hubiera pasado no sería quien soy hoy".
La funcionalidad de su nuevo rostro, donado por un mecánico de motocicletas, es total. "Ahora puedo sentir frío, calor, dolor, si alguien me besa..." cuenta, y puntualiza que si se deja la barba muy larga siente cosquillas a causa del vello.