Marina nació en Italia, pero había vivido durante toda su vida en Reino Unido. Por su mente siempre había rondado la cabeza de volver a viajar a la tierra que la vio nacer y, ¿por qué no?, viajar a otros puntos de Europa.
Sólo tardó dos meses desde que tomó la decisión en arreglar su furgoneta a pesar de no tener ningún tipo de conocimientos de restauración. En su interior introdujo una cama, una pequeña cocina, cortinas y algunas luces LED, únicamente gastando 500 dólares pero fue tanto el trabajo que tuvo que hacer que acabó incluso poniéndole un nombre al vehículo: Pam.
Una vez todo estaba listo, sólo tenía que escoger a su compañero de viaje y no lo dudó ni un segundo. Cogió a Oddie, un labrador al que había adoptado hacía poco y los tres se emprendieron en una bonita aventura que la joven cuenta a través de las redes sociales y su blog ‘Pam the Van’.
Por el momento, Marina ha recorrido Italia de arriba abajo y, según asegura en ‘Bored Panda’, no piensa parar hasta que su cuerpo se lo pida.