Una turista se encontraba en las orillas del río Elba, en Hamburgo, cuando encontró lo que creía que era ámbar. Sin embargo, la piedra estalló en su bolsillo poco después.
Afortunadamente la mujer no resultó herida, ya que otras personas alertaron de que salía humo de su chaqueta y pudo quitársela a tiempo, tal y como publica 'Telegraph'.
Lo que había recogido no era ámbar sino fósforo blanco. Se trata de un explosivo incendiario utilizado en los bombardeos sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
El fósforo que no ardió en aquella época tiene unas pequeñas piedras amarillas, lo que hace que pueda ser confundido con el ámbar. Mientras permanezca húmedo no es peligroso, pero al secarse arde al contacto con el aire.