El Papa: "El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico"

EUROPA PRESS 07/02/2017 14:14

"En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz", ha subrayado el Pontífice.

En el tradicional mensaje, que este año ha querido centrar en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro, Francisco ha advertido de que "la codicia es la raíz de todos los males". De hecho, para el Papa "esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos".

En este sentido, el obispo de Roma ha lamentado que "para el hombre corrompido" por el amor a las riquezas no existe otra cosa que el "propio yo" y, por eso, las personas que están a su alrededor "no merecen su atención". "El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación", ha señalado.

En el texto, el Papa ha invitado a los fieles a abrir "las puertas a los débiles y a los pobres" para así dar "un testimonio pleno de la alegría de la Pascua". "Cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido", ha especificado.

El mensaje está estructurado en torno a tres puntos sobre los que el pontífice reflexiona: "El otro es un don"; "El pecado nos ciega", "La Palabra es un don".

Así, el Pontífice ha determinado que la Cuaresma llama al cristiano a volver a Dios "de todo corazón" y a no "contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor". El Papa ha reiterado que Jesús es "el amigo fiel" que nunca abandona porque, incluso cuando el hombre peca, "espera pacientemente".

"La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna", ha aseverado.

Antes de concluir su mensaje el Papa ha exhortado a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando "en las campañas de Cuaresma, que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana".