Todo comenzó cuando Han no encontraba sitio libre para estacionar su vehículo y decidió dejarlo en una parada de autobús, pero en ese lugar se encontraba una madre con su bebé de dos años en un carrito.
Han increpó a la mujer para que se apartase de la zona y así aparcar, pero la mujer se negó a moverse. El conductor bajó del vehículo muy alterado y golpeó a la mujer y luego tiró a la niña al suelo. El fuerte golpe que recibió el bebé contra el suelo le produjo heridas graves que más tarde le causaron la muerte en el hospital.
Como asegura en declaraciones un testigo del suceso, recogido por el diario RT.Actualidad: “el bebé no hizo ningún tipo de ruido cuando golpeó contra el suelo, ni siquiera lloró”
La policía de Pekín acudió al lugar de los hechos, deteniendo al conductor y al acompañante que se encontraba con él. A la espera de juicio, el agresor podría ser ejecutado si es considerado culpable de asesinato.