En esta ocasión, tres de los cinco nuevos representantes eran embajadoras: la del Gran Ducado de Luxemburgo, Michèle Paranchere-Tomassini; la de Irlanda, Síle Maguire y la de la República de Finlandia, Tiina Jortika. También han quedado acreditados el embajador de la Confederación Suiza, Giulio Hass y el de la República de Níger, Ado Elhadji Abou.
La ceremonia de entrega de cartas, que se remonta al siglo XVIII, comienza con los embajadores desplazándose, uno a uno, desde el Palacio de Santa Cruz, sede oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, hasta el Palacio Real, en carrozas de época de Patrimonio Nacional, escoltados por el Escuadrón de la Guardia Real a caballo y la Escuadra de Batidores de la Policía Municipal.
Una vez en el Palacio Real, la banda de música de la Guardia Real los va recibiendo en el Patio de la Armería, interpretando los himnos de sus respectivos países. Después, cada embajador acude a la Cámara Oficial, presentado por la introductora de embajadores, y allí presenta sus cartas credenciales al Rey, que ha estado acompañado por el Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis.
Tras un encuentro de unos 20 minutos con el jefe del Estado, en presencia del jefe de la diplomacia, cada embajador ha abandonado el Palacio Real en vehículo oficial a los acordes del himno de España.