Los impuestos ambientales se componen de impuestos sobre la energía, el transporte y la contaminación y los recursos. En concreto, los impuestos sobre la energía alcanzaron los 16.095 millones de euros en 2014, lo que supuso el 83,6% del total. Mientras, los impuestos sobre el transporte ascendieron a 2.487 millones de euros (el 12,9% del total), mientras que los impuestos sobre la contaminación y los recursos representaron el 3,5% restante.
En 2014, los impuestos sobre la energía disminuyeron un 0,4% respecto al año anterior, mientras que los impuestos sobre el transporte descendieron un 7,1%. En el periodo comprendido entre 2010 y 2014 los impuestos sobre la energía han aumentado un 11,6%. Por el contrario, los impuestos sobre el transporte se han reducido un 17,2%.
Los hogares como consumidores finales pagaron 9.883 millones de euros en impuestos ambientales en 2014, lo que supuso un 0,3% menos que en el año anterior.
Por ramas de actividad, las que pagaron más impuestos ambientales en 2014 fueron los Servicios (con 5.365 millones de euros, un 4,5% menos que en 2013) y las Industrias extractivas, manufactureras y suministro de energía eléctrica, gas, vapor y agua (con 3.637 millones y un descenso del 1,4%).
Los hogares pagaron el 51,3% del total de impuestos ambientales en el año 2014. Por detrás se situaron los Servicios (27,9%) y las Industrias extractivas, manufactureras y suministro de energía eléctrica, gas, vapor y agua (18,9%).