Jeremy McDole se había quedado paralizado de cintura para abajo hacía 10 años a consecuencia de un disparo en la espalda y dependía de su silla de ruedas.
El pasado miércoles en una calle de Wilmington, en Carolina del Norte, los agentes lo conminaron a mostrar las manos y este no obedeció, según publicó la web de ABCNews.
Según la versión policial, McDole, comenzó a rebuscar algo entre sus pantalones y varios de los agentes dispararon matándolo. La policía, además explicó que un arma de fuego calibre 38 fue encontrada junto al cuerpo.
Durante la rueda de prensa, la madre del fallecido, desmintió las palabras de la policía y aseguró que su hijo no tenía armas y que el vídeo lo demuestra.
Jeremy McDole tiene antecedentes penales y había salido de la cárcel hacia apenas un año.
La oficina de Justicia por los derechos civiles de la ciudad ha abierto una investigación sobre lo ocurrido.