El portavoz del gobernador, Ataullá Khogyani, ha asegurado que Estado Islámico ha sufrido un duro revés en la ofensiva conjunta por tierra y aire del Ejército afgano y fuerzas extranjeras.
Khogyani ha asegurado que 34 milicianos yihadistas han muerto, 16 han resultado heridos y otros dos han sido detenidos durante la operación. Al tiempo, ha confirmado bajas en el Ejército afgano, si bien, no ha ofrecido detalles a este respecto.
Por su parte, Sherin Aqa Faqiri, un portavoz militar del Ejército afgano, ha elevado el balance asegurando que la operación se ha saldado con 80 muertos y 50 heridos.
Este viernes, un ataque islamista en la misma región de Nangarhar causó 18 víctimas mortales en las filas del Ejército afgano.
El ataque tuvo como objetivo un puesto de control militar en la localidad de Deh Bala, según fuentes oficiales de la provincia bajo condición de anonimato.
Estados Unidos sospecha que en Afganistán operan cientos de combatientes de Estado Islámico. Sin embargo, la presencia de la organización yihadista está muy deteriorada por las operaciones afganas y las operaciones aéreas de los aviones no tripulados de EEUU.