El paciente recibió el corazón de un donante de 50 años, que murió en una piscina al sufrir un paro cardíaco, aunque después volvió a latir y falleció a consecuencia de los daños cerebrales, según ha publicado 'Il Corriere della Sera'.
Las primeras pericias apuntan a que el órgano que recibió el fallecido no estaba sano y 48 horas después dejó de funcionar.
La familia del hombre fallecido ya ha denunciado al hospital por negligencia médica, aunque el Centro Nacional de trasplantes italiano asegura que "todos los procedimientos fueron respetados y que después de examinar el órgano resultó idóneo."
El hombre, diabético, aceptó el trasplante después de haber sufrido un infarto y de tener graves problemas cardíacos incompatibles con su supervivencia.
La ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin, ha explicado que "es un asunto gravísimo para un sistema de vanguardia como el nuestro". Hacemos trasplantes en todo el mundo, somos líderes".
"Es trágico e inconcebible y actuaremos en consecuencia", ha asegurado Lorenzin.
Los médicos que participaron en el trasplante, del hospital romano San Camillo, han rebatido la idea de que el órgano trasplantado tuviera problemas y creen que el fallecimiento se debe a la salud deteriorada del paciente.
El deceso, según los médicos ocurrió por las condiciones gravísimas del receptor del corazón.
"Un paciente crítico, muchas veces tratado con descompensaciones cardíacas graves", explicaron. "Las complicaciones del trasplante, que lamentablemente pueden ocurrir, no fueron por el corazón trasplantado".