Hariri asegura que el Gobierno de Siria "ha emitido una sentencia de muerte" contra él

EUROPA PRESS 01/12/2017 07:13

"Tengo muchos enemigos, extremistas y el régimen sirio. Este último ha emitido una sentencia de muerte contra mi. Me acusa de interferencia en su país", ha dicho, en una entrevista concedida a la revista francesa 'Paris Match'.

"Francamente, ¿nos imagina a nosotros, los libaneses, interfiriendo en Siria?", ha bromeado, en referencia a la influencia de Damasco en la política del país, que se mantiene incluso después de su retirada militar de territorio libanés.

La retirada del Ejército sirio de Líbano se produjo tras las protestas masivas contra Damasco tras el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri --padre del actual primer ministro-- en un atentado con coche bomba en la capital, Beirut.

Durante la entrevista, Hariri ha negado nuevamente haber permanecido retenido en Arabia Saudí después de presentar su dimisión, en medio de las acusaciones de Líbano contra Riad en torno a este extremo.

El presidente de Líbano, Michel Aoun, se negó a aceptar la dimisión de Hariri hasta que éste volviera al país y diera explicaciones, y personas cercanas al primer ministro aseguraron que había sido presentada bajo presiones de Riad.

Sin embargo, Hariri ha recalcado que dimitió desde Riad "con la intención de provocar un 'shock' positivo para Líbano". "Si hubiera estado detenido, no estaría hoy en Beirut.

Así, ha asegurado haber retomado sus funciones como primer ministro, afirmando otra vez que "el mundo debe comprender que Líbano no puede tolerar las injerencias de un partido como Hezblolá en los asuntos de los países del Golfo".

Hariri se ha mostrado especialmente crítico con Hezbolá después de su dimisión, acusando al partido-milicia de injerencia en la región y pidiéndole que respete la política de neutralidad de Líbano en la región.

El primer ministro ha amenazado en los últimos días con volver a dimitir en caso de que el grupo, encabezado por Hasán Nasralá y aliado de Irán y Siria, no cambie su postura y se avenga a sus reclamaciones.

"Demasiada sangre se ha derramado en la región. Temo que la interferencia de Hezbolá en el extranjero termine costando caro a Líbano. No aceptaré que un partido político libanés participe en maniobras que beneficien a los intereses de Irán", ha argüido.

En este sentido, ha apuntado que "Líbano vive un pequeño milagro" al "mantenerse al margen de lo que pasa en Siria, Irak, Libia, Yemen y, al principio, Egipto". "Nadie aquí quiere revivir una guerra civil", ha subrayado, abogando por "una política de unidad que tenga como objetivo principal los intereses de Líbano".

LA GUERRA EN SIRIA

Por otra parte, Hariri ha afirmado que el presidente sirio, Bashar al Assad, "no ha ganado" la guerra en el país árabe, ante los avances del Ejército. "Son los presidentes (de Rusia, Vladimir) Putin y (de Irán, Hasán) Rohani los que han ganado", ha dicho.

El primer ministro libanés ha defendido que Al Assad "debe abandonar el cargo" para lograr una solución al conflicto, argumentando que "se equivoca el que piensa que una victoria sobre Estado Islámico resuelve el problema".

"El problema en Siria es Bashar al Assad. Esto comenzó en 2011 y, en ese momento, no existía Estado Islámico", ha manifestado, afirmando que el grupo llegó a Siria desde Irak "utilizando una causa, la de la revolución".

"¿Cuántas personas ha matado DAESH --acrónimo de Estado Islámico en árabe, con tintes peyorativos-- en el mundo? ¿10.000, 20.000, 30.000? Puede ser. Al Assad ha matado a 700.000", ha dicho. En el conflicto en Siria han muerto más de 340.000 personas, según los últimos datos de Naciones Unidas, si bien se teme que la cifra pueda ser superior.

Hariri ha apuntado que el presidente sirio "no es responsable" de la totalidad de los muertos, si bien ha recalcado que "en un país normal, el jefe de Gobierno no usa a las Fuerzas Armadas contra su pueblo". "Al principio, la revuelta era pacífica", ha recordado.

LA SITUACIÓN EN ARABIA SAUDÍ

En otro orden de cosas, Hariri ha definido al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, como "un moderado que quiere realizar una política de apertura para su país", en medio de los temores sobre las grandes competencias que está adquiriendo en los últimos meses.

Bin Salman, quien es además viceprimer ministro y ministro de Defensa, ha encabezado en las últimas semanas una campaña anticorrupción en la que han sido detenidos decenas de príncipes, ministros y exministros sospechosos de cometer delitos.

"Busca combatir la corrupción", ha defendido Hariri. "Quiere una verdadera apertura de la sociedad saudí", ha resaltado, apuntando a las declaraciones de Bin Salmán sobre luchar contra el extremismo religioso.

En el país impera la doctrina wahabí, corriente religiosa perteneciente a la rama suní del Islam inspirada en las enseñanzas de Muhamad ibn Abdel Wahab, quien formuló una aplicación rigorista de la religión basada únicamente en el Corán y los 'hadices' (tradiciones relacionadas con las enseñanzas y los actos de Mahoma y sus discípulos) y elogió la 'yihad' violenta frente a la interiorizada.

El wahabismo es aplicado como religión de estado --pese a ser considera casi herética por múltiples corrientes musulmanas-- en base a la unión político-religiosa entre Abdel Wahab y la tribu Al Saud, que se haría con el poder en la península Arábiga y crearía el actual estado.

A partir del wahabismo han surgido algunos de los grupos extremistas suníes más activos en la actualidad, tales como la organización terrorista Al Qaeda y otras organizaciones 'takfiríes' y salafistas.