Sharif, símbolo de la brutal represión de policía y Ejército en Egipto

Noticias Cuatro / Agencias 20/08/2013 14:57

El hombre del niki azul acaba de ser detenido cuando le cae una tremenda patada en el pecho. Quien se la da, tras coger carrerilla, es un policía egipcio. No terminan ahí las torturas porque a continuación llega una lluvia de palos. Fue el principio del fin para este joven: Sharif Syem, detenido durante el desalojo de los campamentos de la pasada semana. Malherido, le encerraron junto a los demás en un estadio de fútbol. Desde allí, con el móvil, actualizó su estado en las redes sociales: "Estoy bien. Detenido en el estadio de El Cairo. Decidle a mi padre y a mi madre que no se preocupen." Pero tuvo la mala suerte de ser trasladado en este furgón azul. Sus compañeros tomaron como rehén a un policía y los agentes lanzaron dentro gases lacrimógenos y los asfixiaron a todos. Su amigo Tamer fue quien acudió al depósito y lavó el cadáver. "Su cara era terrible. Los médicos me dijeron que se había asfixiado, pero estaba tan hundida que era irreconocible, con la piel casi negra", explica. El caso de Sharif se ha convertido en un símbolo de la brutal represión de policía y ejército contra los islamistas en un momento delicado para ellos: hace unas horas ha sido detenido su líder espiritual, Mohamed Badie. De un plumazo, se han quedado sin cabezas visibles, porque la política, el depuesto presidente Morsi, sigue bajo arresto domiciliario. Sin poder manifestarse o reunirse alrededor de las mezquitas donde solían organizar sus acciones, los Hermanos Musulmanes han pasado de estar gobernando a la más absoluta clandestinidad.