Mubarak, de 84 años, sufrió el sábado heridas de diversa consideración en la cabeza y rasguños en su pecho tras caerse en el baño de la prisión de Torá, donde permanece encarcelado desde junio y donde cumplirá la cadena perpetua por su complicidad en la represión que se cobró más de 800 vidas durante las protestas que acabaron con su derrocamiento en 2011.
El expresidente fue trasladado en julio al hospital de la prisión de Torá por orden de la fiscalía militar egipcia tras pasar varias semanas ingresado en el hospital militar Maadi a causa de un repentino empeoramiento de su salud. Desde entonces, el hijo del exmandatario Gamal Mubarak ha solicitado que sea trasladado de nuevo a Maadi, algo que ha sido rechazado en reiteradas ocasiones por las autoridades.
Gamal Mubarak ha argumentado que el hospital de la prisión de Torá no cumple las necesidades que tiene el expresidente, por lo que pidió que fuera trasladado a un centro médico mejor equipado. En respuesta, la Fiscalía envió a un equipo médico al lugar para determinar si la demanda era fundada, tras lo que decidió que permaneciera en dicho centro.