El portavoz del gobierno provincial, Dost Mohamad Nayab, ha indicado que los talibán han sufrido grandes bajas y se han visto forzados a retirarse tras la llegada de apoyo aéreo y de refuerzos desde la provincia de Kandahar.
Así, ha cifrado en 180 los talibán muerto y en 75 los heridos tras la ofensiva a gran escala de los insurgentes contra la ciudad, en la que han llegado a entrar durante la jornada.
Nayab ha señalado además que los combates se han saldado con once policías muertos y 17 heridos, según ha informado la agencia afgana de noticias Pajhwok.
Por su parte, el jefe del Consejo Provincial, Abdulkarim Jadimzai, ha expresado su confianza en que los talibán "no sean capaces de volver a entrar en la ciudad" después de su repliegue.
La ofensiva talibán, y el aparente colapso gubernamental en algunas zonas durante este jueves, ha recordado a la rápida pero breve captura por parte de los insurgentes de la ciudad de Kunduz en septiembre de 2015, la primera vez que el grupo se hacía con una capital provincial desde que perdieron el poder en 2001.
Sin embargo, la llegada de refuerzos ha impedido que los talibán continuaran sus avances, algunos facilitados por acuerdos con muchos policías, que aceptaron retirarse sin presentar resistencia a cambio de que se garantizara su seguridad.