Posada defiende los retratos de altos cargos por ser "un curso de historia" y tener un valor artístico

EUROPA PRESS 15/03/2017 12:44

El expresidente del Congreso Jesús Posada ha defendido que se hagan retratos oficiales de ministros y otros altos cargos porque considera que acaban siendo "un curso de historia" y que además tienen un "valor artístico" en función de sus autores.

Precisamente su retrato oficial como expresidente del Congreso, por el que la Cámara pagará unos 60.000 euros, ha empezado a pintarse hace dos meses y el veterano político del PP se declara "satisfecho" con los primeros bocetos en carboncillo. "Estoy muy contento porque estoy mejor que yo físicamente", ha comentado este miércoles en los pasillos del Congreso.

La Mesa del Congreso ya acordó abrir el procedimiento negociado sin publicidad para la concesión del contrato, con un precio de licitación de 60.000 euros, a los que hay que añadir el 10% de IVA. Como es habitual, el propio homenajeado elige al artista y Posada propuso al donostiarra Ricardo Sanz, que fue el primer retratista de los actuales Reyes cuando aún eran Príncipes de Asturias.

RETRATISTAS DE RELEVANCIA

Tras la polémica por el retrato del exministro José Ignacio Wert en Educación, Posada ha sido preguntado por la necesidad de estos cuadros y ha subrayado que tienen "un valor importante".

A su juicio, estas galerías de retratos oficiales llevan mucho tiempo y hay grandes autores, como ocurre con los presidentes del Congreso de los dos últimos siglos, y ello supone contar con un valor artístico muy interesante y muy importante.

Pero también subraya que estas galerías de retratos son todo un "curso de historia": "Y los pueblos tiene que recordar la historia aunque sólo sea para no repetirla", ha comentado.

EL DE BONO COSTÓ 82.600 EUROS

Los dos últimos cuadros que entraron a formar parte de la Galería de Presidentes fueron los de los socialistas Manuel Marín, que presidió la Cámara entre 2004 y 2008 y José Bono, que lo hizo entre 2008 y 2011.

Marín rompió la tradición y, en lugar de un cuadro, optó por un retrato fotográfico que encargó a la fotógrafa Cristina García Rodero, premio Nacional de Fotografía y Medalla de las Bellas Artes, que se convirtió en la primera mujer con una obra en la Galería de Presidentes.

Aquella imagen se colgó en el Congreso en abril de 2014 sin organizar ningún acto oficial, por expreso deseo de Marín. La fotografía costó 24.780 euros, un precio muy por debajo del coste del resto de cuadros que componen la galería.

De hecho, costó tres veces menos que el retrato de su sucesor, José Bono, que ascendió a 82.600 euros y que lleva la firma pintor hiperrealista Bernardo Torrens, autor también del cuadro de Félix Pons, que forma parte de la Galería de Presidentes. El cuadro de Bono se colocó en julio de 2015 también sin boato ni medios de comunicación en un acto al que solo asistieron el retratado y su sucesor.